Más de 50 años detrás del mostrador lleva Anita, la cabaiguanense que decidió dedicar su vida a la comercialización de los productos básicos de la población en Cabaiguán.
Anita, lleva medio siglo en los diferentes centros del comercio en este municipio.
Por: Osbel Ramón Díaz Mondeja
Ana Ponce Rodríguez o «Anita» como se le conoce popularmente en Cabaiguán, lleva más de 50 años en los diferentes centros del comercio en este municipio.
La “Tienda de Mirto”, para más detalle es su centro laboral, porque por “La Ideal”, nombramiento oficial del inmueble, solo la conocen quienes laboran en la Oficina del registro de Consumidores o por los directivos del ramo en el territorio.
Anita la bodeguera, porque hasta de apellido ha cambiado, comenzó a trabajar el 3 de diciembre de 1968 con tan sólo 17 años de edad. Hoy a los 67 entre sacos y balanzas mantiene la vitalidad de antaño.
De acuerdo a la comerciante, en los más de 50 años, ha pasado por momentos duros y de bonanzas, mejor dicho en su lenguaje por las verdes y las maduras, desde que los estantes estaban abarrotados, hasta cuando han estado literalmente vacíos, lo que siempre ha sobrado en ella ha sido el merecido trato al cliente y esa sonrisa tan escasa en los dependientes del comercio y la gastronomía en la actualidad.
Esta mujer «bodeguera» comenzó un 3 de diciembre de 1968 con tan sólo 17 años de edad. Hoy a los 67 entre sacos y balanzas mantiene la vitalidad de antaño.
Ana Ponce Rodríguez, «despacha» en cada cana de su cabellera una historia, las cuales no han sido por la libreta, sino por su consagración al trabajo, la familia y las amistades.