Por: Alexey Mompeller Lorenzo
Las donaciones voluntarias de sangre que se programaron en Cabaiguán para el mes de octubre devienen una de las esferas limitadas al desatarse el rebrote de la COVID-19 en la provincia; sin embargo este territorio que a nivel regional exhibe la condición de Destacado en la tarea aporta unidades por encima en un año víctima de la pandemia.
Bárbara Ramírez Méndez, asesora del Banco de Sangre en el municipio sostiene que la vinculación de varios médicos insertados en los centros de aislamientos abiertos aquí es una de las razones que afecta la actividad.
“De un plan de 160 donaciones pactadas, logramos poco más de un centenar pero la disminución de las cifras no asombra. Al cierre del actual calendario superaremos los indicadores con un sobrecumplimiento de 86 entregas”, refirió la licenciada en Enfermería.
La institución en su rutina habitual realiza como promedio seis extracciones diarias, menos que las previstas en los asentamientos rurales gracias a la solidaridad de hombres y mujeres, pero con las restricciones de movimiento dentro y fuera de la propia ciudad cesaron temporalmente los bancos móviles.
“Siempre contamos con la cooperación de los trabajadores de la Refinería de Petróleo Sergio Soto, brazos que no pudieron extenderse al decretarse allí un control de foco del SARS-coV-2 y quedaron cerradas las calles aledañas al Policlínico II. En Punta Diamante y Cruz de Neiva se imposibilita la entrada a esas comunidades”, argumentó Ramírez Méndez.
Las bolsas que se envían a la instancia homóloga espirituana son clasificadas para seleccionar el plasma y otros componentes con destino al tratamiento de diversas patologías, intervenciones quirúrgicas así como la fabricación de fármacos y vacunas.