Siempre que se arriba marzo, afloran a la mente destacadas mujeres que marcan la vida y la historia de cada territorio. Una de estas figuras es Antonia María Hernández López, Toña.
Por: Daisy Martín Ciriano (Museóloga)
Nacida en Santa Clara en 1916, conoció de vicisitudes y carencias en el seno de una humilde familia. Cursó la enseñanza primaria en la Escuela Pública de San Diego y posteriormente el Instituto de Segunda Enseñanza de Santa Clara. Allí con un gran esfuerzo de su familia se graduó en la Escuela Normal para Maestros, y continuó estudiando la enseñanza superior hasta obtener el título de Pedagogía en 1948.
Sin embargo no fue hasta cinco años después en que pudo obtener una plaza como maestra, en una escuela rural de la zona de Neiva en Cabaiguán. A partir de este momento transitó por varios escenarios docentes donde se destacó por su calidad como maestra y orientadora.
En este período conoció al también maestro Hipólito Félix López, quien se convirtió en su esposo y compañero de lucha durante los años posteriores. Militó en las fuerzas opositoras al régimen batistiano y se destacó en diferentes tareas y responsabilidades.
Desde 1963 comenzó ocupó diferentes responsabilidades como Directora del Instituto de Administración y el Instituto de Idiomas de Santa Clara. A fines del año 1968 fue trasladada a La Habana como Directora de la Escuela Formadora de Cuadros Técnicos para el ICR.
En 1970, pasó a trabajar en el Regional de becas del PCC, como funcionaria de organización. Y a finales de 1971, trabajó en el Comité Central en el Departamento de Atención a Organismos del Estado.
A fines de 1973, y a solicitud del Instituto de Medicina Veterinaria, se desempeñó como Jefa de Departamento de Cuadros del Organismo hasta que se jubiló en marzo de 1984.
Por su destacada trayectoria su pueblo la reconoció Hija Ilustre de Cabaiguán en año 1998 por sus virtudes como ciudadana, profesional de la educación y revolucionaria antes y después de 1959.
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