Por: Alexey Mompeller Lorenzo
La curva de contagios de la COVID-19 desciende en Cabaiguán realidad aparentemente alentadora pero que incita a no descuidar el control sobre la pandemia porque un paso en falso costaría otros pacientes positivos en un mes que hasta la fecha acumula más de medio centenar de diagnósticos, cifra superior a los registrados en enero y febrero.
Armando Ulloa Martínez, director de la Unidad Municipal de Higiene y Epidemiología, apuntó que el territorio experimenta una etapa de meseta en la situación sanitaria, al describirse cierta “estabilidad” en los casos reportados durante la última semana (14) y la quincena más reciente (29), en comparación con lapsos temporales precedentes, lo cual ilustra la tendencia a la disminución.
El especialista añadió que se encuentran activos 15 controles de foco y la diferencia en el número de estos eventos repartidos en las tres áreas de salud es ínfima aunque el Urbano 2 marca la delantera con 6 sucesos, Guayos aporta 5 y en el Urbano 1 se contabilizan cuatro.
En uno de los dos nuevos casos identificados la víspera, ambos residentes en la ciudad cabecera, se estudia la fuente de infección, síntoma recurrente en las dos oleadas del virus puntualiza la doctora Maite Lemas Suero del Departamento de Vigilancia en la Dirección territorial de Salud Pública.
“Existe un predominio de pacientes asintomáticos desde el comienzo de la pandemia. En un 74 por ciento las personas no manifiestan señales de la enfermedad o los indicios han sido tan leves que no han podido describirlos en la encuesta epidemiológica”, aseguró la galena.
Distingue además que uno de los confirmados al cierre de este lunes es un niño de 7 años de edad, uno de los segmentos poblacionales menos afectados desde el inicio de la enfermedad aquí pero que una vez más demuestra fisuras en las conductas asumidas por algunas familias que relegan un inmunógeno superior a los cinco candidatos vacunales cubanos: la prevención.