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Motorinas ¿explosivas?

La provincia reporta 32 incendios provocados por el estallido de baterías en motos eléctricas del 2020 a la fecha

Motorinas Ilustración: Osval
Ilustración: Osval

Tomada de Escambray

Con el oído pegado a la radio, la búsqueda en redes sociales y el intercambio de información entre vecinos, en los últimos días los espirituanos han estado muy atentos a un acontecimiento que los conmovió. Se trata de la explosión de la batería de una moto eléctrica que generó el incendio en una vivienda de la ciudad cabecera provincial, lo cual causó la muerte a dos adultos y a un menor, y lesiones a otras dos personas más, entre ellas un menor, además de la destrucción de buena parte del inmueble y bienes del hogar.

Sucesos como este continúan ocurriendo, no solo en el territorio espirituano, sino en el resto del país. Escambray intenta dilucidar las causas que provocan estos lamentables incidentes que del 2020 a la fecha ya suman 32 en la provincia, según estadísticas aportadas por el mayor Oreilys Quintero Pentón, jefe de Operaciones del Cuerpo de Bomberos en Sancti Spíritus.

“Estamos hablando de una situación muy preocupante —alega el mayor Quintero—, sobre todo porque en los primeros cuatro meses del presente año ya llevamos 17 incendios relacionados con motorinas y que solicitan la intervención de nuestras fuerzas especializadas, aunque sabemos que han ocurrido otros que no fueron reportados, por lo que la tendencia es al crecimiento, si consideramos que en el 2020 el saldo fue de 15 hechos”.

Para encontrar el origen de las posibles causas asociadas a los accidentes con motorinas eléctricas otros expertos vinculados a la Jefatura Provincial de Bomberos hablan de las reacciones generadas por el litio, un componente que se encuentra en el interior de las baterías y que es explosivo cuando se violan los parámetros técnicos.

Las baterías detonan en cualquier parte, existen reportes de hechos en plena vía pública, durante el tiempo de recibir la carga, en estado de reposo dentro de un local cerrado, en el patio de una vivienda, en las manos de una persona e, incluso, se han dado casos de incendios en motos que han estado meses sin rodar, pero todos guardan relación con los malos procederes, según afirman los especialistas del Cuerpo de Bomberos.

Nadie mejor que el mayor Ernesto Triana Caturla, jefe del Comando Provincial, con 28 años de experiencia en esta actividad, para conocer cómo se violan los protocolos, y las estadísticas así lo confirman. Del total de incendios ocurridos en motorinas durante el 2020, a siete se les habían adaptado las baterías, mientras que de las 17 del presente año, ocho fueron objeto de algún tipo de inventiva.

Pero en la amplia lista de irregularidades estudiadas por el cuerpo de expertos figuran, además, la violación del tiempo de reposo requerido después de ser usada la motorina para conectarla al cargador, el cual no debe estar por debajo de los 45 minutos, como tampoco debe ponerse a rodar inmediatamente después de haber completado la energía, pues se exige de un margen de espera para que el litio se enfríe.

Esta propia fuente informativa revela que existen otras violaciones al perecer muy vinculadas a los accidentes ocurridos en apenas 16 meses en la provincia, entre las cuales figuran instalaciones eléctricas deficientes, dificultades con el voltaje del lugar y los equipos expuestos al sol o a altas temperaturas durante el proceso de alimentación de la energía.

Según sus consideraciones, las marcas más explosivas de motorinas son las Águila y Mizuzuki, con seis detonaciones durante el 2020 e igual número de hechos en los primeros cuatro meses del 2021.

Hasta el taller de Adalberto Pérez Hernández, uno de los más de 20 mecánicos de motorinas que existen en la ciudad de Sancti Spíritus llegó Escambray. “La situación se ha vuelto compleja —dice—, cada vez son más las baterías importadas que no ofrecen ningún tipo de garantías, en ocasiones las hemos abierto sin usar y encontramos que traen el BMS invertido, las pilas de varios modelos y componentes defectuosos, lo que demuestra que son armadas de forma artesanal”.

Ante la interrogante de que si esa manera de armar las motorinas por piezas es posible, Pérez Hernández asegura que sí porque en Panamá y otros países del área venden los componentes y piezas y hay personas que se dedican a conformarlas sin ningún requerimiento técnico, no poseen registro de las normas de seguridad o contra incendio; el negocio es vender y muchos cubanos que salen a comprar no reparan en esos detalles.

Por otro lado, es cierto que los mecánicos les hacen adaptaciones y esa pudiera ser la causa de algunos incendios, cuestión que reconoce el experimentado mecánico: “El BMS de las baterías es prácticamente toda la seguridad que ella pueda tener, es como un fusible que se dispara ante cualquier irregularidad y alerta de un problema. Pero hay quien se lo desconecta, la pone directa y entonces no hay un mecanismo regulador. Pero las baterías son una caja de sorpresa, a mí me pasó que, después de un año y tres meses usando una, explotó y perdí todo el equipo en cuestión de minutos, fue cuando entendí que la garantía está en las baterías que se comercializan en Cuba”.

Vía correo electrónico Escambray contactó con David Rodríguez Seija, jefe de la planta de venta en la Empresa Ángel Villarreal, de Santa Clara, quien aseguró que son las baterías de litio las que provocan la mayoría de los accidentes registrados en la isla.

El directivo expuso que las baterías importadas por personas naturales tienen diferencias en cuanto a lo que dicen en sus etiquetas y las verdaderas propiedades, por ejemplo, algunas indican 72 voltios, 35 amperes, cuando en realidad el amperaje es de 25 a 28, esto hace que tengan una potencia inferior y al ponerla en una motorina, que necesite más energía, se calienta y puede llegar a explotar.

Igualmente, señaló como causa de tales siniestros la eliminación del circuito protector y la colocación de puente en el fusible, incluso la confección de baterías empleando los componentes de otras que ya cumplieron su función, pero lo fundamental es respetar los requisitos técnicos en el momento de poner a cargar el equipo o de usarlo después de completar su energía, algo que se viola frecuentemente.

Sobre la seguridad de las baterías que venden con las motos eléctricas ensambladas en la industria Minerva, Rodríguez Seija aseguró: “Los equipos comercializados por nuestra empresa llevan baterías que son de muy buena calidad, hasta hoy no tenemos reportes de ningún incidente de ese tipo”.

Según datos publicados por Granma, entre 2017 y 2020 las motos eléctricas se hallaron entre las principales causas de incendio en Cuba. La mitad de los accidentes ocurrieron en horario nocturno y 107 fueron causados por dejar el medio cargando sin supervisión, lo que ha conllevado a que el Ministerio del Interior recomiende prestar atención a sus parámetros de funcionamiento.

Tomado de Escambray

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