El municipio lamentó al cierre de ayer la quinta persona fallecida por COVID-19, totalidad de decesos registrados entre mayo de 2021 y el mes corriente
Justo en el estreno de julio, Cabaiguán aumentó la tasa de letalidad por COVID-19 al registrar otro fallecimiento, el quinto deceso que se computa desde el inicio de la pandemia, pérdidas lamentadas entre mayo pasado y el mes en curso.
Según explicó el doctor Francisco Durán García, director nacional de epidemiología del Ministerio de Salud Pública, la paciente de 58 años de edad presentaba úlcera péptica, varices esofágicas, cirrosis biliar y gastritis crónica, comorbilidades que la hacían vulnerable al nuevo coronavirus.
El parte médico ofrecido por el MINSAP esclarece que la fallecida permaneció en “estadía hospitalaria durante nueve días. Hizo ritmo idioventricular, seguidamente actividad eléctrica sin pulso, parada cardiaca y no respondió a las maniobras de reanimación cardiopulmonar”.
En la portada del segundo semestre de 2021, cinco cabaiguanenses se contagiaron con el SARS-CoV-2, todos contactos de casos confirmados, dos pertenecientes a Guayos y el resto a la ciudad cabecera, estos números sorprendieron al territorio luego de jornadas de superarse la veintena de diagnósticos.
La disminución de personas notificadas con la enfermedad no libra al municipio de la incertidumbre, cuando más de 300 PCR quedan pendientes de resultado, dijo la doctora Yordanka Gómez Siles, directora de Salud Pública aquí.
De acuerdo con la funcionaria, en el día se identificó una treintena de sospechosos, cifra disparada en la etapa, magnitud que compromete la situación sanitaria porque cada uno de estos sintomáticos se considera previamente un paciente infectado con la COVID-19 si el test rápido de antígeno resulta positivo.
Para colmo de males, otros parámetros caracterizan el comportamiento del virus que pone en jaque a la localidad. Al cierre de esta información constaban 16 altas clínicas frente a 97 personas que continúan ingresadas, el riesgo de transmisión se incrementó con una tasa de incidencia por encima de 300 por 100 000 habitantes y asoman 50 controles de focos abiertos.
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