Moscú, 6 sep. El Kremlin define que el tema del estatus de Crimea no cabe en una eventual agenda de encuentro entre los líderes de Rusia y Ucrania, ya que la península es rusa.
“El asunto es que el tema de Crimea no existe para nosotros, mientras que, como nos dice la oficina del presidente de Ucrania, [Vladímir] Zelenski quiere hablar de Crimea. ¿Desde qué punto de vista? Obviamente, no desde el punto de vista de que es una región de la Federación Rusa”, dijo el portavoz del Kemlin, Dmitri Peskov, en una entrevista con el canal Rossiya-1..
Peskov enfatizó que esta es la razón por la cual no se ha concretado hasta la fecha una cumbre entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo ucraniano, Vladímir Zelenski. “Es por eso que hasta ahora no se ha avanzado en este sentido”, resaltó.
El funcionario ruso también subrayó que Rusia había reafirmado su voluntad de normalizar las relaciones con Ucrania, aunque Kiev aún no había mostrado su interés al ofrecimiento.
“Si hablamos de la voluntad política del presidente Putin, lo reafirmó claramente. Está listo para reunirse y cree que el estado deplorable actual de las relaciones ruso-ucranianas es inaceptable y, en teoría, la situación debe ser rectificada. Sin embargo, no hemos visto la misma voluntad política por parte de Kiev”, recalcó.
El vocero del Kremlin lamentó el enfoque rusofóbico que todavía prevalece en la política de Ucrania, al tiempo que, precisó, las fuerzas que están listas para discutir asuntos urgentes con Moscú se encuentran actualmente bajo arresto domiciliario.
“Vemos que, desafortunadamente, aquellas fuerzas en Ucrania que tienen un enfoque más equilibrado y que están a favor de discutir los asuntos más urgentes con Rusia están actualmente bajo arresto domiciliario, […] y los tribunales solo extienden ese arresto domiciliario”, manifestó.
Las relaciones entre Moscú y Kiev se han ido deteriorando, en particular, desde que la península de Crimea se reincorporó a la Federación Rusa tras el voto mayoritario de la población en un referéndum celebrado en marzo de 2014.
Desde entonces, Rusia y el Occidente, principal valedor de Kiev, siguen sin poder superar las brechas que surgieron a raíz de esta coyuntura que condujo a Ucrania a involucrarse en una campaña bélica contra los grupos soberanistas de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
Como medidas de presión, EEUU y la Unión Europa (UE) no solo impusieron una serie de sanciones a funcionarios, empresas y sectores económicos rusos, sino que además promovieron un conjunto de maniobras militares de las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en los países europeos colindantes con el flanco occidental de la Federación Rusa.
Rusia viene denunciando insistentemente en que la expansión militar de Estados Unidos, a la cabeza de las fuerzas de la OTAN y sus aliados occidentales, cerca de sus fronteras, supone una amenaza directa para su seguridad nacional y, por tanto, se reserva el derecho a dar una respuesta contundente a cualquier agresión o violación de su soberanía.
Ucrania se ha propuesto a formar parte de la Alianza Atlántica, una aspiración fuertemente criticada desde Moscú por considerar que este movimiento representa una “amenaza directa” para la integridad territorial de Rusia.
(HispanTV)
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