Santiago de Cuba, 29 nov. Los habitantes de la heroica ciudad de Santiago de Cuba recordarán el aniversario 65 del alzamiento armado del 30 de noviembre de 1956, dirigido por el joven revolucionario Frank País García en apoyo al desembarco de los expedicionarios del yate Granma.
Al romper el alba dirigentes políticos y del gobierno en unión de combatientes de la lucha clandestina, depositarán ofrendas florales ante la tarja fijada en la Loma del Intendente, que rinde honor a Pepito Tey, Tony Alomá y Otto Parellada, caídos en la épica acción donde por primera vez se vistió el uniforme verde olivo con el brazalete rojo y negro del Movimiento 26 de Julio.
Como es tradición, estudiantes de las enseñanzas primaria y secundaria rememorarán los hechos, con asaltos simbólicos a las antiguas estaciones de la Policía Nacional y Marítima, principales objetivos de los jóvenes revolucionarios, para distraer a las fuerzas de la tiranía batistiana acantonadas en la antigua provincia de Oriente.
La conmemoración incluye jornadas de homenajes a combatientes de la memorable hazaña, en la que podrán intercambiar con la dirección del Partido, estudiantes, trabajadores y visitar obras económicas y sociales, creadas para beneficio de los habitantes de la antigua capital oriental y de los restantes territorios de esta sur oriente provincia.
La historia del 30 de noviembre de 1956 recoge que también se combatió ese día en otros lugares del territorio nacional, con levantamientos en Nicaro, donde mataron a Rafael Orejón, en Palma y Guantánamo.
En Puerto Padre, Raúl Castro Mercader, Paco Cabrera y otros tomaron un cuartel de la Guardia Rural, ocuparon las armas y se alzaron. Hubo acciones aisladas en Las Tunas, Baire, Manzanillo, Pinar del Río, incendios a servicentros en Cienfuegos y Camagüey, ocupación de armas en Santa Clara y sabotajes a vías férreas y telefónicas en varios municipios matanceros.
En La Habana, a pesar de problemas organizativos y de dirección que imposibilitaron una coordinada respuesta combativa, un comando incendió la fábrica de espejos de Almendares y Lugareño.
En Guantánamo, los trabajadores ferroviarios, del comercio y farmacéuticos fueron a la huelga. Los primeros mantuvieron el paro hasta el seis de diciembre. Luis Lara y otros compañeros estremecieron a Caimanera.
En el central azucarero «Ermita» hubo un levantamiento encabezado por Julio Camacho Aguilera; se tomó el cuartel y se capturaron armas. Los revolucionarios incendiaron un puente cerca de Belona, descarrilaron un tren en la vía hacia Manantiales e inutilizaron el pequeño aeropuerto que estaba cerca del ingenio.
Durante varios días mantuvieron en agitación la zona y si no crearon un foco guerrillero por allí, fue por la precisa orientación de Frank País de no mantener ningún tipo de guerrilla hasta que no se haya fortalecido la de Fidel.
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