En la subasta de la COVID en Cabaiguán se apuesta con todo. Pese a las medidas de contención contra el SARS-CoV-2, el mayor número de enfermos de la provincia continúa aportándolo este municipio, con una tasa de incidencia superior a los mil contagiados por cada 100 000 habitantes
Por: Alexey Mompeller Lorenzo.
Mientras en otros territorios de la provincia la covid llega por goteo, Cabaiguán repite su prominente saga de contagios. El mayor acumulado de casos lo registra este lado de la geografía espirituana, al superar los 700 diagnósticos en la última quincena.
Como mismo aquí las pupilas quedan asombradas por el incremento de pacientes confirmados, autoridades epidemiológicas fuera de las fronteras locales igual cuestionan una tasa de incidencia superior a los 1 129. 89 enfermos por 100 000 habitantes.
Las estadísticas se tiñen de rojo intenso y la fatiga pandémica crece. Ahogado el razonamiento, vivimos esa suerte de subasta, donde las demarcaciones apuestan por colarse en la cima del parte médico y no siempre las primeras posiciones indican fama. Al menos la única notoriedad de Cabaiguán apunta a un retroceso sanitario que no se le desea ni al peor de los enemigos.
Por su transmisibilidad, ómicron desembocó el alza de diagnósticos. Una vez identificada en el país se esparció al estilo de la pólvora. Hace semanas campeaba por su respeto la nueva variante del coronavirus SARS-CoV-2 que por cada infectado multiplica con creces el número de cabaiguanenses positivos a la covid. Finalmente la secuenciación de muestras aseveró la noticia esperada: ómicron disparó las alarmas sanitarias al centro de Cuba.
Aun al tanto de las escasas predicciones científicas en torno a esta cepa, la confianza flaqueó ante el desatino de aferrarnos a la nueva normalidad, donde los ingresos permanecen a la orden del día en unidades asistenciales pero bajo atención domiciliara son más los que cursan la enfermedad.
Las indisciplinas por el incumplimiento de los protocolos de bioseguridad nos acompañan desde el primer instante en que comenzaron a deteriorarse los indicadores epidemiológicos; algunas irresponsabilidades de Salud Pública también.
A estas alturas de la pandemia no es momento de improvisar. Lamentablemente, en ocasiones, el sector mantiene fisuras en la vigilancia de los pacientes. Deuda por saldar pero no se sabe cuándo.
Por fortuna los casos graves y críticos son historia a diferencia de otras etapas de la covid. El completamiento del esquema de vacunación en más del 90 por ciento de las personas mayores de 2 años de edad y la dosis de refuerzo que incrementa el nivel de protección frente al nuevo coronavirus menguó los pesares en las familias cabaiguanenses.
Pese a los síntomas leves generados hoy por la variante ómicron, ni ahora ni cuando con el tiempo la covid sea en endémica, según los especialistas, tirar la toalla no será el remedio. Cabaiguán acapara titulares en todos los repuntes de la enfermedad. Hoy la exponencialidad de las cifras positivas vuelve a ser tendencia. Pero lo que si no se ha logrado en estos predios es aumentar la percepción de sus naturales, expertos en engordar los números de la covid.
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