Desde que amanecía le daba a la manivela hasta que el pedal despegara, solo descansaba para rellenar los ovillos y volver a dar las puntadas, así muchas costureras cubanas han criado a sus familias, a golpe de pies y manos.
Por: Aramis Fernández Valderas
Tal vez tu mamá, tu abuela, bisabuela o hasta tú misma concluyen tarde en las noches la meta del día. Las costureras de aquí sí son innovadoras, cuando ya el vestido no sirve, de él sacan una blusa y una saya, y hasta hacen tiritas para fabricar cubrecamas o alfombras.
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