Hace solo cuatro días me sorprendió la noticia de la muerte de Rogelio Cancio Fernández (Polvorón) hoy vuelvo a compartir en esta web el trabajo que le dedicara dos años atrás.
Por: Osbel Ramón Díaz Mondeja
Quizás en la historia musical de mi pueblo sea uno de los primeros DJ o un melómano empedernido y aún cuando peina canas mantiene intacto su memoria fonográfica.
Su verdadero nombre Rogelio Cancio Fernández, pero por ese, no se conoce ni el mismo. En la memoria y tradición oral de todo Cabaiguán quedará para siempre el apodo que lo inmortalizó: Polvorón.
Cuenta que cuando practicaba el judo un amigo suyo lo bautizó con ese apodo pues era mejor saltarlo que darle la vuelta por su gordura. “Nunca me pongo bravo porque me llamen así”, me confesó.
Lo cierto es que tampoco le gustó la rumba, ni las congas, pues fue la música en inglés y las discotecas lo que formó parte de su banda sonora en los años mozos.
Fue uno de los iniciadores en las llamadas descarguitas y fiestas de la divulgación de la música anglosajona. Polvorón, tenía la costumbre en compañía de algunos amigos de subir a la loma de la microondas a “conectarse” desde las 6 de la tarde y hasta el otro día, para grabar en antiguos cassettes los programas de FM desde su añejo radio marca Selena.
De esa forma siempre estaba “actualizado” de la música que se escuchaba en todo el mundo. Polvorón es un hombre de carácter afable y una sonrisa sincera, gusta de andar descalzo porque según él, es una tradición infantil y eso lo identifica.
En su vivienda guarda con celos toda la música, discos y radios con los que cautivó a tantos cabaiguanenses. Hoy se gana la vida de forma honrada y se emociona con los recuerdos de antaño. Polvorón es una historia viva de la memoria cultural de mi pueblo. Considero que en algún momento reciba un reconocimiento mayor por su aporte a la recreación de Cabaiguán en tiempos pasados.
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