El reconocido ají picante Chile habanero, que tan demandado es en muchos países, causa su primera «picazón» en los brazos de los trabajadores de la biofábrica de semillas de la localidad de Tres Palmas en Cabaiguán, quienes realizan una cosecha experimental de este producto en una hectárea plantada con destino al mercado internacional.
Por: Osbel Ramón Díaz Mondeja
El colectivo encabezado por Elso Barceló Cañizares, director de la entidad apenas tiene tiempo para secarse el sudor no sólo por el ardor que proporciona el Chile, sino también ante la avalancha de la gran germinación que ha tenido este producto.
Varios son los requisitos que deben tener en la recolección para su posterior venta al mercado internacional. Limpieza unidad por unidad (ají por ají) y presentar la rama verde donde se sostiene a la planta, por lo que hace más complejo el trabajo.
Los cerca de 30 trabajadores entregan el mayor esfuerzo en el pico de esta cosecha de Chile habanero para no perder ningún producto y buscar mayor ganancia económica.
Esta entidad cabaiguanense fue fundada a finales de la década de los años 80. Posee 9 hectáreas de tierra, de las cuales 7 se dedican a la producción de cultivos varios. La biofábrica de semillas en Tres Palmas ha obtenido la condición de Vanguardia Nacional en años anteriores y espera en la actualidad la renovación tecnológica de todo su proceso. Mientras ese momento llega, el Chile habanero no sólo «pica» sino también se extiende.
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