La sala anexa del tabaco insertará al Museo Etnográfico Regional en la ruta de turismo cultural, ganancias que tributarán a favor de la autosostenibilidad de este reservorio de tradiciones
Por: Alexey Mompeller Lorenzo
Adentrarse en los nuevos fundamentos de la museología, afines a las colecciones interactivas, consta entre las aspiraciones del Museo Etnográfico Regional, instalación cabaiguanense única de su tipo en el país.
“Se pretende ampliar la sala número 10, la casa para curar tabaco, con el interés de conformar un local anexo que muestre las etapas del proceso productivo”, apuntó Yanet Cardoso Martín, directora del museo que resguarda el patrimonio agrario de las provincias centrales de Cuba.
Añadió que el proyecto requiere de la implicación multifactorial de entidades involucradas en las fases preindustrial e industrial de la hoja, considerada un eslabón decisivo en la economía.
“Apostamos porque la iniciativa tenga un matiz didáctico. El visitante conocerá del deshoje, acopio y siembra de tabaco. Se le dará una guataca y un especialista guiará la actividad. La persona no solo se llevará la experiencia teórica sino el olor de la solanácea impregnado en sus manos”, dijo.
Materializada la iniciativa que asesora el Centro Universitario Municipal Capitán Silverio Blanco Núñez, la futura sala anexa del tabaco proveerá mayor afluencia de público al Museo Etnográfico Regional al insertarlo en la ruta de turismo cultural, ganancias que tributan a la autosostenibilidad de este reservorio de tradiciones.
De fructificar esa intimidad con vegas de profundo arraigo en tierras donde productores lideran las exportaciones a nivel nacional, tendrán su representación demás herencias culturales asociadas al cultivo, puntualizó Cardoso Martín. “Desde obras en décima, narraciones, artes visuales, manualidades y otras manifestaciones artísticas, así como la cientificidad que soporta actualmente la plantación de tabaco”, manifestó.
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