Es muy conocida en el mundo la fertilidad de los campos cubanos. Sus fecundas tierras son aprovechadas en diferentes cultivos como el boniato, ademas de otros productos producidos debajo de la tierra, muchos de ellos conocidos comúnmente como viandas.
Por: Daisy Martín Ciriano
Este tubérculo de sabor dulzón y nace bajo de la tierra, mientras en la superficie crece rastreramente la planta madre, con hojas y guías que se extienden unas entre otras conformando, como dicen los guajiros, el boniatal.
Esta vianda, al igual que otras es atacada por plagas que dañan su corteza e interior provocando su deshecho. La plaga constituida principalmente por el Tetuán es la más común y agresiva para esta planta. Sus ataques se realizan principalmente en el período seco y provocan una profunda perforación oscura y mal oliente, que no permiten su consumo.
En tiempos pasados los campesinos utilizaban en lugar de los plaguicidas otra técnica, la cual parece muy perdida: el uso de la hormiga de boniato.
Esta técnica consistía en el traslado de un tipo de hormiga específica que ataca y extermina al Tetuán.
Esto, conocido aún por los más viejos, consistía en localizar el hormiguero y colocar cerca de éste un madero podrido, con agujeros abundantes dentro de los cuales se depositaban algunos granos de azúcar. Los insectos, golosos se trasladaban a su interior e instalaban su familia. El campesino solo tenía que recoger el madero con su enjambre y colocarlo en su boniatal. A partir de entonces la plaga iba desapareciendo lentamente y sin regreso.
Hoy se aplican algunos líquidos y polvos, pero lo cierto es que en este período de sequía los dañinos animales destruyen gran cantidad de estas viandas tan necesarias. Recientemente en la Feria Agropecuaria de Cabaiguán los campesinos de la Cooperativa de Producción Agropecuaria Aramís Pérez Lumpuy ofertaron a la población boniatos limpios y sanos, unos morados, otros amarillos y blancos. Los morados causaron sensación ya que no es muy conocido ese color en el interior del tubérculo. Los que más abundan son los de masa amarilla o blanca. En fin, que sin la ayuda de las hormigas este campesino logró alejar con el riego de agua, la terrible plaga y el producto llegó a la población en una forma óptima.
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