El muchacho de la Colonia El Paraiso, entre tantas cosas en su vida se hizo miliciano y combatió en Playa Girón
Por: Daisy Martín Ciriano
Su infancia transcurrió muy cercana a Cabaiguán, en la llamada colonia Paraíso, de Raúl Benítez. Allí pasó de niño a hombre prendido al surco y muy alejado de los libros y las letras.
Con el triunfo revolucionario le llegó la instrucción en la improvisada escuela que armaron en el interior de la guagua de Sergio. Por ese entonces se desempeñaba como Delegado de la Colonia y junto a otros obreros alcanzaron el conocimiento.
Allí también constituyó su hogar junto a Carmen Gil Castillo, madre de sus tres hijos y cuando comenzaron las provocaciones y los incendios a los cañaverales, los obreros se organizaron para vigilar e impedir que éstas se realizaran. Hacían recorridos por el mediodía que en ese horario los aviones provocaban los incendios.
Cuando se crearon las milicias en Cabaiguán, el 26 de octubre de 1959 y comenzaron las marchas, la mayoría de los obreros del Paraíso se incorporaron a ellas y Felipe ocupó la responsabilidad de segundo jefe de Compañía.
Tras conocerse, en Cabaiguán, del desembarco de los mercenarios por Playa Girón se constituyó otra unidad de milicianos con integrantes de diferentes pueblos y se denominó el batallón 345 bajo el mando de Armando Choy.
El 12 de abril de 1961, Fleites se concentró, junto a otros milicianos, en la Feria de Sancti Spíritus, desde donde partieron a las 2 de la tarde del día 17, partió rumbo a Girón. Ese día en horas de la noche se detuvieron en Rodas donde el puente sobre el río Damují, había sido derrumbado.
El día 18 los tres batallones salieron para Girón y llegaron a Caleta Buena. Allí recibieron la orientación de conformar un cerco ya que Fidel con su acertada idea, consideraba que los mercenarios que se habían adentrado, intentaría subir al Escambray.
De esta forma se desplegaron alrededor de 528 hombres de forma que cada 6 metros había 6 milicianos. Por la trinchera donde estaba Felipe, el día 19, fueron capturados 11 mercenarios. Después de derrotada la agresión, los milicianos permanecieron en aquel lugar por espacio de más de 15 días hasta que fueron trasladados hasta Hato San Juan, cerca de Trinidad, donde recibieron preparación militar por más de dos años.
Este octogenario hombre, además de esta trayectoria en la defensa de la Revolución desempeñó varios cargos de responsabilidad vinculados a la agricultura. Entre ellos el de Jefe de Fincas Administradas, presidente de producción local azucarera en el Reemberto Abad Alemán y después en el Melanio Hernández, hasta 1965.
Luego fue administrador de Granjas del Pueblo, entre ellas en La Rana, Zaza del Medio, Jíquima, Managuaco y Guasimal, entre otras. Aquí fue donde verdaderamente afloró su conocimiento y entrega en el desarrollo de planes y estrategias para llevar adelante la agricultura. También trabajó en otros pueblos de la provincia, incluyendo a Placetas. Hoy, con ochenta y tres años de vida Fleites se mantiene lúcido, sonriente y presto para rememorar lo vivido.
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