Existen tradiciones culinarias en nuestro país que nunca han desaparecido. Los buñuelos de ñame, una tradición que pervive en Cabaiguán
Por: Daisy Martín Ciriano
Todo aquel que ha tenido la oportunidad de degustar una comida criolla, seguramente ha disfrutado de los ricos buñuelos de ñame. Esta tradición se ha trasmitido desde tiempos remotos en la culinaria cabaiguanense, especialmente en las zonas del campo. Este tubérculo se siembra en montones de tierra, enredado en una cruceta de varas y así se desarrolla hasta los seis o siete meses cuando se aprecia, casi al ras de la tierra, su hermosa producción. Si bien esta planta crece muy frondosa resulta dócil al enredarse una y otra vez con su guía. Su forma de reproducción es como la papa, a través de las yemas que se encuentran en la propia vianda y como elemento curioso están las caprichosas figuras que adoptan bajo la tierra cuando alcanzan su mayoría de edad.
Muchos atribuyen este plato a la cocina canaria, mientras otros aseguran que el ñame que los isleños usaban lo extraían de los arroyos y cañadas donde esta planta crecía.
Lo cierto es que esa receta es muy añeja y que resulta de fácil elaboración. El secreto consiste en rallar primero el ñame y añadirle otra porción de yuca también rayada, aunque algunos prefieren hacerlo de puro ñame, para propiciar una masa más compacta, además de añadirle un huevo batido. A toda esa mezcla se le da sabor salado, para consumirla en las comidas o con jugos dulces a modo de postre.
Hoy esta tradición de cultivo aún subsiste en el territorio y familias como la de Armando Carmona en Cabaiguán, Jesús Beltrán en Cuatro Esquinas, Carlos Lima y Fidel Cudello en la CPA Juan González tienen sembrados en sus patios y solares, varios plantones de ñame para de vez en cuando poder degustar el plato de los sabrosos buñuelos como el que hacían las abuelas.
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