A doscientos veintidós años de ser descubierto por el químico suizo Aimé Argand, el quinqué vuelve a ponerse de moda en Cuba a causa de los problemas existentes con la generación eléctrica.
Por: Aramis Fernández
En cualquier casa del campo cubano hasta los años 80 del pasado siglo era común encontrarse una de estas lámparas alimentadas por el denominado aceite de carbón o luz brillante, con la electrificación se fueron dejando a un lado y tirándolos a la basura como trasto viejo, ahora los más prevenidos sacan de la despensa y sacuden su quinqué para meterle lo que venga en la barriga y aunque casi todos sin bombillos prenderle la mecha en medio de los apagones.
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