Es Camilo comandante
de la dignidad también,
hombre que resume cien
quijotes en un andante,
es la llama trashumante
quemando la noche vieja
enredada en la madeja
de quebradas y rompientes.
Ah, plantador de simientes
en la planicie, en la ceja.
Por: Raúl Ferrer
La pólvora guerrillera
tiene su olor singular,
una especie de azahar
extraño en la bejuquera
como si el monte supiera
del plomo en pleno ajetreo.
El barbado Prometeo
apunta, ríe, dispara
promesas, todo lo ampara, es la vida en apogeo.
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