La explosión de pólvora enlutó a un pueblo. El dolor multiplicado en la comunidad todavía punza y el homenaje a las víctimas regresa cada 2 de diciembre
Por: Alexey Mompeller Lorenzo
Siempre que una lluvia de voladores irradia a Guayos, a lomeros y cantarraneros que perdieron a uno de los suyos en el fatídico accidente de la Pirotecnia, emplazada en ese consejo popular, se les encoge el sentimiento por quienes hace 35 años abandonaron la parranda terrenal para seguirla desde otra dimensión.
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