viernes, noviembre 22El Sonido de la Comunidad
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Símbolo de laboriosidad cabaiguanense

Los cabaiguanenses tienen aún en el recuerdo a figuras que resplandecieron durante las contiendas tabacaleras y cañeras de la década del 70. Muchos de ellos permanecieron de forma voluntaria albergados o asistiendo a diario a las labores para contribuir al impulso de  la producción de azúcar. Una de estas destacadas  figuras es Armando de la Rosa Ruíz. Hoy se recuerda desde esta página sus hazañas dentro de la zafra azucarera en una brigada que alcanzó lugares destacadísimos en la emulación, aún con limitaciones físicas.

El cultivo de la caña en el territorio cabaiguanenses data desde el siglo XIX, y bien lo ilustra la existencia de numerosos ingenios y trapiches en el siglo XIX y aún en el XX. No resulta ajeno que muchos de los cabaiguanenses se ganaran la vida trabajando como cortadores o alzadores de caña, carreteros y jornaleros durante los años anteriores al triunfo de la Revolución en que la mecanización estaba atrasada. Por estos tiempos eran los brazos de los hombres los que realizaban los duros trabajos del proceso azucarero.

Muchos de estos hombres llenarían páginas de un libro, pero dentro de ellos es necesario destacar a  Armando la Rosa, quien comenzó a cortar caña con los choferes de alquiler y perdió su brazo izquierdo en un accidente. Desde donde se encontraba hospitalizado se comprometió a seguir siendo útil y así lo cumplió.

En 1964 se incorporó al corte de caña en jornadas voluntarias valiéndose de una cortadora mecánica. La falta de su brazo no le mermó su dedicación por lo que se enmarca como Héroe Nacional del Trabajo. Se destacó dentro de la Brigada de macheteros Eduardo García Lavandero, la cual alcanzó lugares cimeros dentro de las brigadas millonarias. La zafra realizada en 1970, fue una prueba de su tesón y hacia 1975 acumulaba más de 600000@ de  caña acumulada hasta esa fecha. Su lema era lo fundamental de un machetero es aprovechar la jornada laboral.

Hoy Bartolo es un símbolo de laboriosidad para las nuevas generaciones y sobre todo para aquellas que cursan estudios en el Politécnico que lleva su nombre en el municipio de Sancti Spíritus.

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