viernes, noviembre 22El Sonido de la Comunidad
Shadow

La Unión Proletaria: el silencio de los martillos

La Unión Proletaria creada el 1 de mayo de 1968, resultó el primer centro municipal que recibió la bandera Héroes del Moncada

proletaria

Por: Daisy Martín Ciriano

Mucho gusta a los que peinan canas, recordar diferentes espacios que existieron en Cabaiguán, de los que se conserva una rica trayectoria. Así sucede con algunos centros de trabajo de tradición Heroica o de gran esfuerzo de sus trabajadores por brindar un excelente servicio. Entre estos centros bien recordados se encuentra la carpintería Unión Proletaria, aquella donde se agruparon todos los carpinteros que formaron parte inicialmente en el taller Vicente Rodríguez y que constituyeron después esta gran familia de ebanistas, barnizadores, talladores  y tapiceros, entre otros oficios.

La Unión Proletaria creada el 1 de mayo de 1968, resultó el primer centro municipal que recibió la bandera Héroes del Moncada. Dirigida en su inicio por  Felipe Zulueta Madrigal como administrador. Allí se irradiaba entusiasmo, buen trabajo y creatividad.

Una larga lista de excelentes trabajadores luchó durante años por la obtención de distinciones y reconocimientos, los que avalaban su quehacer. Hoy gracias a las memorias que dejó uno de sus integrantes, Jorge Agramonte Sánchez, podemos encontrar numerosa información e imágenes de este distinguido centro.

En los talleres de esta unidad se confeccionaban todo tipo de muebles, incluyendo su pintura y tapizado. Se debe a la iniciativa de esta unidad la creación de una escuela de tapiceros, la cual apoyada por  la capacitadora de la región, funcionó en un local adyacente. Formando en ella a carpinteros, tapiceros, barnizadores, ya que en aquellos momentos no existían muchos con este conocimiento y mucho menos, con graduación. Los propios obreros más experimentados fueron los profesores.

Hoy, solo queda en el recuerdo éstas y otras anécdotas, fotos y obras diseminadas por todo el pueblo, pero más que esto, la calidad del trabajo que realizaban y la dedicación con que lo ejercían.

Publicación Recomendada:

El último raund de Emilito el Cojo

Compartir: