La estructura es imprescindible para mantener la vitalidad del envejecido parque de embarcaciones de Pescasilda, en el sur de la provincia de Sancti Spíritus
El varadero resulta imprescindible para mantener la vitalidad del envejecido parque de embarcaciones de Pescasilda. Por eso los trabajadores de la Unidad de Base trinitaria ejecutan por estos días un mantenimiento general de la estructura deteriorada por el tiempo, la sobreexplotación y el salitre.
Ingenio, creatividad y sentido de pertenencia se funden en el quehacer diario de las brigadas de carpintería y técnico naval que ejecutan la obra, a fin de concluirla en el menor tiempo posible.
El mantenimiento total del varadero de PesCasilda avanza a pesar de la carencia de recursos y el reciclaje de piezas es la principal alternativa, según Juan Manuel Iradiz Colina, mecánico industrial involucrado en los trabajos.
“Lo primero que hicimos fue recuperar los pedestales y las ruedas, después con el torno los fuimos emparejando, luego trajimos del central FNTA casi 11 toneladas de acero entre vigas y planchas de diferentes tamaños”.
Agregó que la restauración de la cuna es la prioridad, toda vez que las autoridades de Seguridad Marítima habían prohibido su uso por el extremo deterioro.
“La cuna es donde montamos los barcos para la reparación de la parte de abajo y el interior, aquí recibirán mantenimientos además de las embarcaciones de la flota nuestra, las de Guayabal, Júcaro, Cienfuegos y Manzanillo”.
Y es que de acuerdo a Juan Rodríguez Alteaga, director de la Unidad de Base PesCasilda, las nuevas disposiciones conciben la prestación de servicios a terceros, estatales y particulares, lo cual genera ingresos a la empresa.
Tras la culminación del mantenimiento de la estructura, previsto para mediados de abril, los barcos langosteros serán los primeros en subir a la ranfla para recibir mejoras y posteriormente los que conforman la flota escamera.
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