Los afiliados al Centro de detallistas poseían un carné que los identificaba, efectuaban reuniones, festejos, reconocimientos y tenían su directiva. Allí analizaban el desarrollo de la comarca y trazaban estrategias para el mejoramiento comercial y económico del poblado
Por: Daisy Pilar Martín Ciriano
La floreciente economía de Cabaiguán tuvo su despegue con la producción mercantil tabacalera desde la primera década de 1900.
Los pobladores del lugar, así como emigrantes canarios y peninsulares, conformaron una gran cantidad de establecimientos comerciales que se diseminaron en el poblado, incluso hasta los alrededores.
Gran impulso al desarrollo del comercio resultó la presencia de vendedores ambulantes que recorrían las sitierías cercanas y abastecían a los campesinos de productos, sin que éstos se trasladaran hasta la ciudad.
Todos estos comerciantes que vendían sus productos al detalle se agruparon en el Centro de Detallistas, radicado en la avenida principal: la calle Valle, muy cercano a la Sociedad El Progreso.
Los afiliados poseían un carné que los identificaba, efectuaban reuniones, festejos, reconocimientos y tenían su directiva. Allí analizaban el desarrollo de la comarca y trazaban estrategias para el mejoramiento comercial y económico del poblado.
Formaban parte del colectivo de este centro Seberino González Lamela, Pedro Pena, Eulogio Crespo Guerra, José Chamán Milla, entre otros grandes propietarios de centros comerciales. Precisamente por el gran respeto y estima al libanés José Chamán, la directiva presidida por Justo Pérez Guzmán, le otorgó el Diploma al Mérito dando cumplimiento al acuerdo de la Junta Directiva del 17 de marzo de 1956.
Un dato curioso aportado recientemente, por un poblador de este lugar, da a conocer que esta organización tenía un día señalado en el año para celebrar su creación y su actividad: el Día del Detallista. En esa fecha, 23 de abril, se efectuaba una gran reunión, incluido un brindis y almuerzo, en el cual participaban los afiliados.
La historia sobre este tema se ha logrado enriquecer, gracias a una pequeña invitación impresa que fue donada por un cabaiguanense.
Publicación Recomendada:
Héctor Marcos: ¡De pelotero a ciclista, de Cabaiguán a La Habana, de comisario a condecorado!