Desde hace días, personas del municipio se han quejado hacia las autoridades competentes con respecto a un hecho inescrupuloso de impunidad sucedido en el Cementerio de la cabecera municipal
Por: Lillipsy Bello Cancio.
Una muy triste realidad ha circulado en redes sociales y permanece en la vox pópuli de Cabaiguán: un inescrupuloso propietario de cinco caballos los pone a pastar cada atardecer, donde permanecen hasta las seis de la mañana del día siguiente, en el Cementerio de la cabecera municipal… ¡La impunidad, otra vez, lacera… y lacera lo más profundo y sensible del alma, allí donde descansan los restos de nuestros seres queridos y donde se materializan los finales, todos dolorosos, tristes, permanentes!
Esta página conoció el hecho y salió en búsqueda de la confirmación: primero fue una de las dolientes, la maestra jubilada María Julia Hernández González, quien llegara hasta el campo santo precisamente el pasado Domingo “Días de los Padres”, después fue la administración de la necrópolis, la Dirección de Comunales y hasta agentes de la Policía Nacional Revolucionaria.
El dolor de aquella ¡y de tantos otros que no llegaron hasta aquí pero que igual, tienen que haber limpiado el excremento de las tumbas de sus familiares, tomaba forma desde la indolencia de unos y la permisibilidad de otros!
En muchos aspectos coincido con María Julia, pero en uno especialmente… y es que la solución de este problema no depende ni del levantamiento de sanciones impuestas por un Bloqueo ni de la exclusión de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo: depende nada más de la actuación efectiva y eficiente de quienes tienen responsabilidades aquí.
Primero, de la Dirección del cementerio, encargada de crear condiciones para proteger los límites por donde han entrado libremente desde hace mucho la desidia y el libertinaje; porque les corresponde a ellos denunciar a los infractores oportunamente (sí, porque no es esta problemática nueva, de hace dos o tres días) y porque cuentan con un cuerpo de custodios que evidentemente no está cumpliendo con todos sus deberes y funciones.
También han sido morosos los directivos superiores a los cuales les ha fallado la supervisión, el control y la adopción de medidas oportunas… y esto, a pesar de los continuos cambios en la dirección de esta Unidad Presupuestada, pues tiempo han tenido suficiente quienes se han desempeñado en estas funciones para resolver dicha situación que, repito, viene denunciándose desde hace mucho. No se trata solo de levantar cercas, también hay que garantizar iluminación.
Por otra parte, la PNR y sus diferentes estructuras hubieran podido jugar un papel mucho más proactivo aquí: denuncia mediante o no, existen los mecanismos para, profilácticamente, enfrentar actitudes y evitar consecuencias… y por suerte, el uniforme de la autoridad todavía impone respeto, obliga a la actuación consecuente, “entra por el aro hasta al más irreverente”, como se dice en buen cubano. Control pecuario, tiene que controlar más.
¡Uno de los temas más preocupantes aquí es que todo el mundo sabe quién es el propietario de los animales, pero nadie actúa ¡Se anuncian carretas que nunca llegan o no llegan con las autoridades establecidas en ley para ejecutar las acciones que en este caso, de haberse realizado hubieran resuelto el asunto! ¿Por qué no recoger los caballos? Esta reportera asegura que el dueño aparecería de inmediato a reclamarlos: ¡multa mediante habría que ver si se atreve a soltarlos otra vez en el Campo Santo! De hacerlo, existen leyes más severas que también se podrían aplicar. ¿Tenía que publicarse en redes sociales para que aparecieran las soluciones, para que dicho señor no soltara más los caballos en el sacrosanto lugar y para que se destinaran dos focos que garantizaran el alumbrado allí? ¿Tenía que ocurrir la denuncia pública a través de aquella y esta página web? Lo de los caballos en el cementerio no es historia concluida y esta página pretende darle seguimiento al asunto… De lo que se trata no es nada más de evitar impunidad, desorden, desacato a las leyes y un sinnúmero de violaciones más… se trata de evitar que los gandules atenten contra algo tan sagrado como la muerte… como nuestros muertos.
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