La Empresa de Comercio y Gastronomía de Cabaiguán suma más de 69 establecimientos que prestan el servicio de caja extra en la demarcación
Por: Lillipsy Bello Cancio
En el empeño de avanzar en la implementación del comercio electrónico en el municipio, aliviar tensiones con respecto a los escasos dos cajeros automáticos con que cuenta el territorio y acercar servicios a la población, la Empresa de Comercio y Gastronomía de Cabaiguán ya suma 69 establecimientos que prestan el servicio de caja extra en la demarcación.
Rubén Lóriga Rodríguez, titular del sector aquí, explicó que a partir de los avances tecnológicos y el uso de tarjetas magnéticas en la región y la imprescindible necesidad de extraer dinero en efectivo, ya esta opción se encuentra disponible en unidades comerciales estatales de todos los consejos populares, excepto Potrerillo.
“Es cierto que hasta la fecha este servicio no es muy utilizado por desconocimiento de la población e incluso, por falta de iniciativas de los propios trabajadores de las entidades”, aseguró el funcionario, quien además añadió que en estos momentos se ha incrementado el nivel de exigencia para con los propios trabajadores del sector, debido a las altas sumas de dinero que se depositan hoy diariamente, lo cual significa una gran pérdida de tiempo de nuestros funcionarios en los bancos por las largas colas.
“¿Cuántos clientes van a la bodega y no les alcanza el dinero?”, reflexionaba Lóriga Rodríguez, quien también aludía no solamente al hecho anteriormente descrito sino a otro incluso más peligroso: el traslado signado, en ocasiones (o casi siempre), por una deficiente protección de los recursos financieros.
Con la Caja Extra el pago virtual mediante retiro de efectivo puede ser de hasta 5000 pesos”, asegura, mientras la multitud de consumidores ante los mostradores confirma lo necesario que resulta incentivar aún más todas las modalidades de pago por vía electrónica, tarjeta magnética mediante. Resistencia de los que venden y de los que consumen. Sobre ambos incide la insuficiente alfabetización digital, sin obviar la calidad de la infraestructura de las telecomunicaciones, incluidos los equipos terminales en manos de la ciudadanía y el tiempo invertido en los procesos de reajuste de los contratos que provocan las transformaciones estructurales en el sector.
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