La Habana, 22 may (Prensa Latina) El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, recordó hoy palabras del líder Fidel Castro sobre la importancia de la ciencia en la búsqueda de un futuro mejor para la humanidad.
‘Si se fuera a buscar un respiro para la humanidad y darles una oportunidad a la ciencia y a la dudosa cordura de los que toman decisiones, no era necesario privar de alimentos a las dos terceras partes de los habitantes del planeta’, compartió en la red Twitter.
Esta reflexión del Comandante en Jefe, como lo llaman los cubanos, forma parte de su artículo ‘Nadie quiere agarrar el toro por los cuernos’, publicado en la prensa de la isla caribeña el 22 de mayo de 2007.
Entonces, el líder histórico de la Revolución Cubana criticó a los gobiernos de Estados Unidos y de otros países que se lanzaron al uso de maíz y todo tipo de cereales como materia prima para la producción de etanol.
En su reflexión, Fidel Castro recordó como el presidente estadounidense, George W. Bush, proclamó ‘su diabólica idea de producir combustible a partir de los alimentos’ mientras cientos de fábricas se construían o ampliaban en su territorio con tal propósito.
‘Por esos días los países industrializados y ricos estaban acariciando ya la misma idea, mediante el empleo de todo tipo de cereales y semillas oleaginosas, incluidas las de girasol y soya, fuentes de excelentes proteínas y aceites’, escribió.
En tal sentido, subrayó la necesidad de una revolución energética, ante el derroche de energía en Estados Unidos y de la desigualdad de su distribución en el mundo.
Señaló que ese país, con uno de los territorios más ricos en hidrocarburos, sufre un gran déficit de petróleo y gas.
El líder cubano denunció además que en respuesta a la escasez de combustible, Washington ‘decidió extraerlos de los alimentos que se necesitan para los estómagos cada vez más hambrientos de los pobres de la Tierra’.
Fidel Castro llamó la atención sobre los peligros para el medio ambiente y la especie humana del cambio climático y sus consecuencias inmediatas.
Al mismo tiempo, alertó que ‘las mortíferas y sofisticadas armas’ producidas por Estados Unidos y otros países podían poner fin a la vida de la especie humana en cuestión de días.