Las acciones en materia forestal en Cabaiguán necesitan de un manejo más eficiente para evaluar y optimizar las acciones en torno a la superficie de bosques con que cuenta, de cara a su conservación y explotación racional
Por: Lillipsy Bello Cancio
En un mundo que a diario sufre los estragos de incendios, terremotos y fenómenos naturales de todo tipo, y de las guerras (uno de los más encomiables enemigos de la naturaleza); en una realidad signada, tristemente, por la indolencia de los poderosos, dueños de los recursos necesarios para resarcir los daños, a lo cual se suma una falta de voluntad insultante para contribuir a la protección de nuestro Medio Ambiente, y como parte de un Estado que constantemente perfecciona y diversifica su cobertura boscosa en aras de garantizar la prevalencia del patrimonio forestal cubano, preocupa que Cabaiguán sobresalga cual nota discordante en este concierto de notas verdes.
Cierto es que la mayoría de la superficie terrestre de este municipio está incorporada a la producción de alimentos y bienes exportables o al fomento de la ganadería, pero alarma que el índice de boscosidad aquí alcance apenas el 6.3%, tal y como trascendiera en el encuentro que pasó revista al balance forestal de 2023.
Y es que apenas 10.3ha fueron incorporadas al patrimonio boscoso de este territorio, urgido de revertir un indicador que no es solo el peor entre los de su tipo en la provincia, sino que a nivel de país sobresale entre los más negativos: un pírrico índice de bosques de 0.05ha por habitante confirma la anterior preocupación.
En el país existe un programa de desarrollo hasta el 2030 que, según los pronósticos, pretende duplicar los volúmenes actuales de procesamiento de la madera, en una explotación sostenible de esos recursos: objetivo a riesgo de ser cumplido si de Cabaiguán depende, porque aquí el fomento de los bosques logró solo un 76% de lo planificado para el año anterior, el programa forestal no se cumple y no son pocas las áreas que permanecen infectadas de marabú.
Para nadie es un secreto que nuestro país atraviesa una aguda crisis económica, signada por la escasez de casi todo, la cual se acrecienta a partir de las limitaciones generadas por el combustible que no es suficiente ni para generar energía ni para producir alimentos, pero tal y como señalan los especialistas, aun cuando los planes fueron previstos en circunstancias muy distintas, se hubiera podido lograr más, mucho más de lo que se pudo contabilizar a fines de 2023.
Y lo dicho anteriormente se sustenta sobra la base de las multas impuestas que, más allá de lo recaudado, constituyen reflejo de las indisciplinas que dañan el patrimonio forestal cabaiguanense con poco más de 3mil hectáreas registradas, de las cuales solo el 79.5% se consideran establecidas: el pastoreo incontrolado, las podas y talas indiscriminadas y el incumplimiento de los planes son algunas de las más recurrentes.
Cabaiguán cuenta con experiencia, el personal y los conocimientos necesarios para salvaguardar sus zonas verdes, evaluar y optimizar las acciones en torno a la superficie de bosques con que cuenta, de cara a su conservación y explotación racional y los suelos lo suficientemente pródigos para avanzar en este propósito.
Para lograrlo, una de las proyecciones que destacan en la agenda de los especialistas cabaiguanenses respecto a la cobertura boscosa de la Isla, es encauzar la silvicultura a las necesidades concretas de cada región, así como a las demandas de la industria. En este sentido se intenciona la sustitución del concepto de reforestación masiva imperante hasta el momento en Cuba, por un mejor ordenamiento de las acciones en función de las necesidades para que el ejercicio forestal gane en eficiencia.
También se presta especial atención a la tecnificación de los procesos de la silvicultura, lo que junto a la aplicación de la ciencia y la técnica posibilitará el incremento de la productividad, la calidad, la eficiencia y el éxito, entre otras garantías.
Reforestar en fincas de campesinos y hacer un adecuado manejo agroecológico mediante la inserción de árboles maderables y frutales, también está dentro de las prioridades de los proyectos en Cabaiguán: en saltar de la intención a la materialización está el reto…y en ello, literalmente, nos va la vida.
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