Por Daisy Pilar Martín Ciriano
La naturaleza en Cuba se manifiesta en todo su esplendor. Un agradable clima que permite que la vegetación y los animales se reproduzcan y embellezcan el entorno con su existencia, es uno de los grandes valores de nuestros paisajes. Numerosos programas desarrolla la Revolución para preservar las aguas, los bosques, los animales y plantas endémicas por determinadas regiones, a través de los sitios naturales protegidos.
En la ciudad es menos visible la vegetación natural, pero en el caso de Cabaiguán, resulta muy común que en los patios y solares de la ciudad crezcan árboles frutales y plantas ornamentales, que en ocasiones alternan con determinados animales. Tal vez por la cercana raíz agraria de sus habitantes es la que hace que se rodeen de un ambiente campestre y que protejan sus especies.
Ahora, que por el mundo pulula la devastación de regiones, la tala indiscriminada de árboles y la deforestación por incendios, unido a los atentados al cambio climático, desde este Día Mundial del Medio Ambiente, los pobladores de Cabaiguán claman por mantener el cuidado del entorno y las especies del territorio, desde los animales de tracción animal hasta las pequeñas avecillas que vivirían mejor en plena libertad, que en cautiverio.
Muy agradable resulta en el ambiente hogareño cuando la natura permite recrear a sus moradores con la presencia de plantas y especies de animales domésticos, aunque también los artesanos con su labor contribuyen a este llamado.
Ahora, cuando todos volvamos a la tierra, al jardín o al césped del parque o el traspatio, podremos nuevamente recrearnos con este necesario cuidado y contribuir a sanear ese pulmón gigante, que es nuestra ciudad.