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El Liborio es una  estatuilla de bronce que se distingue en el Museo Municipal de Cabaiguán y data desde los años 30 del siglo pasado

El Liborio es una  estatuilla de bronce que se distingue en el Museo Municipal de Cabaiguán y data desde los años 30 del siglo pasado

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Esta pieza es una de las obras que atesora el Museo Municipal de este territorio que debe conservarse. El Liborio del Museo

Por: Daisy Pilar Martín Ciriano

Entre las colecciones que expone el Museo Municipal de Cabaiguán se encuentra la estatuilla de bronce conocida como el Liborio.

Esta pieza pertenece a la Historia de Cuba de la etapa de los gobiernos que transitaron durante la década del 30 y del 40 del pasado siglo.

Realmente el personaje se derivó de la caricatura de un isleño llamado Fermín, que por el año 1900, apareciera diseñado por Ricardo de la Torriente (1869-1934). Esta sátira era utilizada para destacar las penurias, abusos y atropellos de que era víctima el pueblo. Tanto arraigo tomo la figurilla que trascendió en la oralidad cubana con una frase, que aún perdura hasta nuestros días, «eso lo paga Liborio».

Esta valiosa pieza se encuentra expuesta en la sala República del Museo Municipal. En 1986, durante un Té Cultural, José Rodríguez Brito, Pepe, el maestro, realizó la donación del objeto. Cuenta el donante que la pieza fue comprada por Hortensia de Armas durante el gobierno de Gerardo Machado en la década de 1930. Esta señora era trabajadora de la fábrica de tabacos H.Upman y allí fueron vendidas varias de estas piezas para  recaudar fondos para crear un periódico de los trabajadores. Años después la figurilla fue obsequiada a Mercedes Brito, que tenía vínculos amistosos con la propietaria. La señora Mercedes la conservó hasta entregarla a su hijo para que fuera donada al Museo Municipal. Ese día también se realizaron las donaciones de un bastón, un álbum fotográfico y un periódico La Escoba.

Con motivo de la primera muestra de este objeto, antes de engrosar las colecciones expositivas, el artista de la plástica Jesús Fernández realizó dos réplicas de caricaturas aparecidas en la prensa y que formaban parte del uso que se le daba al personaje. Aún la pieza y las obras se conservan en el Museo como reliquias históricas que se deben conservar.

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