viernes, noviembre 22El Sonido de la Comunidad
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Cuba cabe en la sonrisa de Vilma

Por Alexey Mompeller Lorenzo

Santiago de Cuba no deja de asombrarnos, menos sus hijos que la hicieron rebelde cuando hirvió por los reclamos contra Batista. En esa tierra que huele a montañas e historia, una mujer del pasado hoy se multiplica.

Vilma Espín Guillois pudo quedarse en casa cuando la juventud la desbordaba pero renunció a lujos y comodidades para abrazar la clandestinidad.

Las calles santiagueras la ocultaron como hicieron con otros miembros del  Movimiento 26 de Julio en la región oriental de la isla. La mano derecha de Frank País demostró que con el tiempo subiría a la Sierra Maestra para encontrarse allá con los emancipadores de la Revolución.

Mientras la Ingeniera Química despejó fórmulas en el aula, su pensamiento emancipador se escapaba de la universidad para pensar en el futuro de la Patria.

Lució una gorra verde olivo para esconder su melena y en los firmes sucedió el encuentro con Fidel Castro. El lomerío había aliado a otra con estirpe de Mariana, esa que esquivó patrullas y brincó muros. La misma dama a quien el amor la sorprendió en las alturas y con Raúl Castro bajó para cimentar su familia. 

Mariela, Alejandro, Nilsa y Déborah fueron privilegiados al escuchar de su madre un repertorio de canciones infantiles. La voz afinada de Vilma acarició desde antes a oídos agradecidos que notaron los quilates de su garganta.

Nunca temió a las responsabilidades esta diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular y miembro del Consejo de Estado. Las horas las estiraba aunque detrás de esos espejuelos los ojos pidieran un descanso.

La presidenta de honor de la Federación de Mujeres Cubanas encaminó a las féminas en la sociedad y la creación de los Círculos Infantiles fue otro regalo suyo. Hace 13 años Vilma Espín Guillois partió a la eternidad pero a Cuba aun le parece sentir su ternura.

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