Respaldados por la idea del bien, el humanismo y la solidaridad de Martí, los jóvenes cubanos, los cabaiguanenses, han sabido enfrentar los complicados momentos que vive Cuba
Por: Lillipsy Bello Cancio
Ver a los jóvenes asumir tareas de todo tipo: tanto en el plano económico, como en el administrativo o en el productivo confirman que con las más nobeles generaciones sí se puede contar para la construcción de un país que ha sorteado el más cruel, largo e inhumano bloqueo económico, comercial y financiero del que se tengan referencias en la historia.
Caminar los campos de Cabaiguán, recorrer las escogidas de tabaco y los sembrados de los campesinos dan fe de ello, como también sucede en la refinería de petróleo “Sergio Soto”, emblemática industria nuestra que nos distingue y que hoy es conducida por un puñado de jóvenes que lo mismo confirman la calidad de las producciones en sus laboratorios, que mantienen limpia la tarja del héroe que da nombre a la fábrica, que cambian cascos por guatacas y alistan el huerto para garantizar soberanía alimentaria a la empresa.
Y es que estuvieron en la primera línea de aquel duro batallar contra la COVID- 19, lo están cuando de librar el combate ideológico y cultural de la nación y las actividades de proyección social, enfrentando las agresiones de las que hoy es víctima la Revolución, se trata… no dudan en confirmar su presencia cuando un verano intensísimo convoca y debajo de un sol radiante, sobreponen el agotamiento y los problemas personales (que también a ellos los aquejan) para divertir niños, sanar abuelos y recrear la esperanza.
Ahora mismo este municipio, como Sancti- Spíritus todo, fue un constante ir y venir de gente construyendo, pintando, creando: ¡estamos en 26 y son nuestros jóvenes los primeros en tomar la brocha, en sugerir soluciones, en celebrar la alegría que significan 71 años de aquella mañana de la Santa Ana, gloriosa y rebelde, barbuda e invencible, victoriosa y definitoria.
Respaldados por la idea del bien, el humanismo y la solidaridad de Martí, los jóvenes cubanos, los cabaiguanenses, han sabido enfrentar los complicados momentos que vive Cuba: nuestros estudiantes han estado vinculados, desde la ciencia, a actividades junto con sus profesores; han conformado el Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, han estado presentes en las misiones internacionalistas; constituyen la gran mayoría de ese gran ejército de médicos del alma que son los trabajadores sociales que tan importantes tareas cumplen dentro de la sociedad;integran las filas de las FAR y el MININT, son fuerza mayor en la Asamblea Nacional de Poder Popular, y en otras esferas vitales de nuestra Revolución.
Los jóvenes cubanos dentro de la Revolución representan la continuidad de un proyecto que simboliza una forma de organización político social y económica justa y equitativa, diferente a la del capitalismo. Lógicamente en el proceso evolutivo y de desarrollo de nuestro proyecto social, será un factor determinante en los cambios que deban realizarse para perfeccionarlo e irlo ajustando para enfrentar los retos que impongan las circunstancias de cada momento concreto.
Nuestros enemigos conocen todo esto, por eso dirigen su trabajo sobre los jóvenes para tratar de crear una fractura generacional que corte la continuidad de la Revolución. Dentro de sus direcciones de influencia está la de intentar generar en ese sector social sentimientos de insatisfacción por supuesta subestimación de sus capacidades y de negación de espacios de participación en la toma de decisiones y de tareas de particular importancia. Para su pesar, Fidel y la dirección de la Revolución han demostrado una gran confianza en las nuevas generaciones.
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