El proyecto, que involucra a tres productores de Sancti Spíritus, permite acortar el tiempo de secado de la hoja, aumentar el volumen de capa y buscar mejores clases para el torcido de exportación
Además de convertirse en un importante escenario de la producción de tabaco tapado, Sancti Spíritus comienza también a marcar terreno en la creación de infraestructura para la cura controlada de la hoja, un novedoso proyecto que introduce el Grupo Tabacuba en el país y que involucra en la provincia a tres productores del municipio de Cabaiguán, territorio líder en ese cultivo.
El proyecto es una inversión inédita a escala de productores, sufragada con los ingresos del tabaco y supone explotar un equipamiento que garantiza las condiciones que necesita el tabaco en los procesos de cura y secado. Al mismo tiempo, se trata de acercar la tecnología al campo con vistas a proteger más esos pasos del tabaco de las condiciones ambientales y lograr mayor calidad en la hoja destinada a los habanos, uno de los tradicionales renglones exportables de Cuba.
La construcción de instalaciones para la cura controlada del tabaco, donde también se realiza el beneficio de la escogida, tiene entre sus objetivos cerrar el ciclo de la hoja en la propia área, lo que se revierte en mejor atención y calidad de todo el proceso.
Especialistas y cosecheros coinciden en que el proceso de cura controlada es mucho más rápido, pues por la vía tradicional puede tardar entre 45 y 55 días. Otros beneficios se basan en que el tabaco se daña menos, se pueden buscar mejores clases de la hoja y ofrece desarrollo al productor.
Según las primeras experiencias, con el empleo de los equipos en la cosecha tabacalera 2023-2024 se disminuye en más de 15 días el tiempo de secado y aumenta el volumen de capa para el torcido de exportación.
La iniciativa, introducida en Sancti Spíritus hace más de dos años en función del tabaco tapado, involucra a los destacados productores Yoandi Rodríguez, Aniskyn de la Cruz y Nelson González, que han levantado en las propias áreas las casas y otros locales que conforman la infraestructura.
Escambray conoció que en la finca atendida por el productor Nelson González, de la cooperativa Beremundo Paz, se localiza el primer equipamiento de este tipo que se puso en funcionamiento a nivel de país y que ha demostrado importantes avances, como el incremento de un 30 por ciento de capas.
Además de la novedad tecnológica que introduce el esquema de cura controlada en la propia finca del cosechero, la inversión está acompañada del empleo de calentadores solares a través de paneles, lo cual permite disminuir el consumo de electricidad y combustible fósil.
Otro importante complemento del proyecto radica en la inclusión de la escogida, el escalón que garantiza cerrar allí mismo el ciclo del tabaco: cosecha, secado, procesamiento y selección por clases de tabaco.
Aunque dos de las inversiones para la cura controlada en función del tabaco tapado todavía no tienen valor de uso, sí disponen del equipamiento y reportan un alto grado de avance en la creación de la infraestructura integral que concibe el proyecto.
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