Así definió Fidel Castro a Juan Almeida Bosque, el Comandante que fuera albañil, guerrillero, compositor autodidacta y escritor
Este 11 de septiembre se cumplen 15 años de la desaparición física de uno de los imprescindibles de la Revolución Cubana.
Por: Alexey Mompeller Lorenzo
El Comandante Juan Almeida Bosque vino vestido de coraje cuando su primer llanto despertó a La Habana aquel febrero de 1927. Creció en la Generación del Centenario y la Sierra Maestra lo transformaría en un hombre sin miedos.
Su infancia la cambió por el oficio de albañilería para aportar a la economía de casa y prometió alzarse para regalarles a sus once hermanos un futuro de libertad. Llegó la madrugada del Moncada y con un fusil calibre 22 apuntó a los soldados de la tiranía para salvar a la Isla del luto republicano.
El fracaso de la acción lo hizo repensar, junto al resto de los jóvenes, una estrategia desde el presidio para definitivamente saborear la victoria. Mientras Fidel y los demás permanecían exiliados en México, Almeida se vinculó al Movimiento 26 de Julio.
Enmascarado en la clandestinidad burló a los esbirros hasta que la tierra azteca lo recibiera y nuevamente llegara a las costas cubanas como un expedicionario del yate Granma.
Las montañas conocieron de su táctica y destreza militares. La resistencia lo bautizó entre los más temidos en los alrededores del Tercer Frente al guiar la columna número 3.
Con la alborada de enero bajó de la serranía con el cambio retratado en la mirada. Las responsabilidades lo comprometieron hasta su último día en que presidió la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.
Durante años este barbudo almacenó arte en los bolsillos verdeolivos, ideas vaciadas en el pentagrama mientras las historias se leerían en páginas impresas. Una docena de libros con su firma.
Más de 300 composiciones inspiraron al autor de La Lupe, una de las melodías dedicadas a las tantas Guadalupes que quedaron en el corazón de los cubanos.
El Comandante Juan Almeida Bosque lo mismo tarareaba sones, guarachas u otros estribillos de su inspiración. A 15 años de su último adiós, aún puede escuchársele en los ecos de la Revolución.
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