Aunque solo se han suspendido 14 reuniones de rendición de cuentas del delegado a sus electores, los organizadores del proceso reconocen que en ciertos vecindarios ha faltado la convocatoria
En medio de un escenario adverso, con carencias y hasta situaciones límites para el desenvolvimiento de la vida cotidiana —donde lo mismo faltan los alimentos que la energía eléctrica o los medicamentos—, los espirituanos desarrollan el proceso de rendición de cuenta del delegado a sus electores.
Desde el pasado 20 de septiembre y hasta el 7 de noviembre, aproximadamente, tendrán lugar estos encuentros, considerados pilares del sistema democrático cubano y una de las maneras más efectivas para que el pueblo participe directamente en el ejercicio de gobierno.
Hasta ahora, en la provincia se han desarrollado alrededor de 2 790 reuniones de esta naturaleza —más del 82 por ciento del total previstas durante en este proceso—, con un favorable índice de participación del 76 por ciento, a pesar de que durante 10 días estos encuentros se paralizaron por la contingencia energética vivida en el país y solo volvieron a retomarse desde el pasado 28 de octubre.
En algunos barrios, los vecinos han desafiado la lluvia para asistir; en determinadas circunscripciones se han adelantado los horarios para esquivar el apagón; y en no pocos lugares las familias han apoyado con sus plantas o motorinas para facilitar la iluminación y el audio a la hora de estos debates.
Aunque solo se han suspendido, por causas justificadas, 14 de estas reuniones, los organizadores del proceso reconocen que en ciertos vecindarios ha faltado la convocatoria, ese tocar a la puerta, entregar una citación o transmitir presencialmente el aviso, como la forma más efectiva de garantizar la asistencia de la mayoría.
Alrededor de 7 440 planteamientos ya han emanado durante el actual proceso de rendición de cuentas, para varios de los cuales se ha encaminado una solución a partir de la participación popular en la propia localidad porque se trata, por ejemplo, de labores de higienización o enfrentamiento a indisciplinas sociales como el vertimiento de desechos fuera de los supiaderos.
Pero, en estos encuentros también han surgido más de 3 535 opiniones relacionadas con problemáticas cuya solución depende de las entidades, organismos e instituciones estatales, entre ellas las que se relacionan con el abasto del agua, los altos precios, la recogida de desechos sólidos, el proceso de bancarización y la canasta básica.
En medio de tantas limitaciones, urge atender los planteamientos de la población con la mayor agilidad posible. Cuando existan medios y recursos, encaminar su solución; y de lo contrario ofrecer los debidos argumentos que impiden resolverlos.
Porque nada peor que la desidia y la desesperanza, sobre todo allí, a nivel de comunidad, donde se cuecen cada día las rutinas cotidianas, donde nace ese intercambio y diálogo constante que debe caracterizar la función del delegado hacia la demarcación que lo eligió y confía en él para salir adelante.
No por gusto, se le considera un representante político de su circunscripción, un líder con capacidad de gestión frente a las administraciones para canalizar los planteamientos y las opiniones que le trasladan sus electores, para juntos asumir la postura transformadora que hoy, más que nunca, se requiere en los barrios.
Pero, en estas reuniones de rendición de cuentas, además de conocer y evaluar su gestión, además de formular planteamientos o señalar problemas, los electores pueden y necesitan recibir información actualizada sobre aspectos de su interés, desde el nivel local hasta el nacional.
Igualmente, este resulta un espacio propicio para reconocer actitudes y méritos relevantes de los colectivos laborales y líderes comunitarios que se hayan destacado en la etapa, por su contribución a la formación y la consolidación de los valores patrióticos y éticos de la sociedad.
Se trata de aprovechar al máximo este momento de encuentro que pretende fortalecer el modelo democrático cubano, y garantizar la participación continua del pueblo en el ejercicio de gobierno, en un complejo y desafiante escenario, donde la unidad, el diálogo y la colaboración constituyen pasos imprescindibles para la necesaria transformación y mejora de la sociedad toda.
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