La Habana, 24 de abr. La Plaza de San Pedro acoge desde las 07:00 hora local de hoy, por segundo día, a cientos de miles de personas que, procedentes de todo el mundo, acuden a este lugar para despedir al papa Francisco.

La oficina de prensa de la Santa Sede informó que, debido a la gran afluencia de fieles y peregrinos que el miércoles último acudieron para rendir homenaje a Francisco, fue necesario extender la apertura de la Basílica de San Pedro más allá de la medianoche, como estaba previsto.
El Sumo Pontífice recibe por última vez hondas muestras de respeto y cariño del pueblo, al que dedicó su vida, y lo hace con la sencillez que caracterizó su pontificado, pues según dejó dispuesto, su ataúd es de madera con zinc en el interior en lugar de los tres ataúdes tradicionales de ciprés, plomo y roble.
El féretro, de una belleza especial, fue colocado sobre una pequeña plataforma roja frente al Altar de la Confesión, bajo el Baldaquino de San Pedro, y desde el mismo, que permanece abierto, Francisco parece bendecir, con un rostro que refleja la nobleza que lo caracterizó, a quienes llegan hasta allí para decirle adiós.
La larga procesión, rodeada de fuertes medidas de seguridad, continuará este jueves hasta la medianoche, aunque es probable que nuevamente sea necesario extender ese plazo, mientras mañana el acceso a la capilla ardiente cesará a las 19:00 hora local.
El próximo 25 de abril las 20:00 hora local, el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Iglesia católica, presidirá el rito de cierre del féretro donde reposan los restos mortales del Obispo de Roma.
En la mañana del 26 de abril a las 10:00 hora local tendrá lugar la misa exequial, frente a la Basílica de San Pedro, la cual será presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re.
Al finalizar esa ceremonia, en la que se espera la presencia de numerosos jefes de Estado y Gobierno, el ataúd será trasladado primero al interior de esa iglesia vaticana, desde donde partirá hacia la Basílica de Santa María la Mayor en la que se efectuará su entierro, según dispuso el Santo Padre en su testamento.
El Obispo de Roma expresó, “sintiendo que se acerca el fin de mi vida terrena y con viva esperanza en la vida eterna”, que su sepulcro “debe estar en la tierra, sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus”.
En esa jornada darán inicio los nueve días de duelo conocidos como Novendiali, en los que se celebrarán misas diarias, el cual será un período que también servirá para la reflexión y preparación del siguiente paso crucial, que será la elección del próximo Papa en un Cónclave cuyo inicio se prevé para el próximo 5 de mayo.Los 135 cardenales electores reunidos en la capilla Sixtina del Vaticano, votarán a puerta cerrada sin contacto con el exterior, hasta que se logren los dos tercios de votos necesarios para que un candidato sea elegido, y se presente al mundo el nuevo Sumo Pontífice.
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