sábado, noviembre 23El Sonido de la Comunidad
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Cabaiguán entre huracanes

Por: Aramis Fernández Valderas

A partir de la segunda mitad del siglo diecinueve la meteorología tropical comienza a desarrollarse con mayor intensidad y es a partir de esos momentos que se acumula una documentación científica acerca de los ciclones.

Sin embargo a través de los relatos se conoce de algunos ocurridos en anteriores centurias como la Tormenta San Rafael que azota a la Habana el veinticuatro de octubre de mil seiscientos noventa y dos.

Cabaiguán como el resto de Cuba siempre ha estado expuesto a los Huracanes, pero el abrigo que le ofrece el macizo de Guamuaya, atenúa la situación, sin embargo quienes hacen los relatos que no tienen pies ni manos pero caminan de boca en boca de una generación a otra; cuentan del huracán de mil novecientos seis, que dejó sin pencas a las palmeras cabaiguanenses y que los Isleños recién llegados al territorio se amarraban a los taburetes con sus escasas pertenencias, para por si acaso volaban caer sentados en las Islas Canarias.

El ciclón del  veinte de octubre de mil novecientos veinte seis, fue otro  que le sacó los chiflidos al mono, los cuentos de entonces no acaban de ponerse de  acuerdo porque cada uno le achaca cosas peores en cualquier lugar de la isla de Cuba, ya  cuando aquello Cabaiguán no era un pueblecito de segunda y cuentan quienes lo vivieron que la cosa se puso fea, el día se hizo de noche y la construcción de la carretera central se detuvo, el fango daba al pecho en el camino de Santa Lucía.

En octubre de mil novecientos cincuenta y dos, el huracán Fox registró vientos máximos en rachas de doscientos ochenta  kilómetros por hora en la estación meteorológica de Cayo Guano del Este, al sur de Cienfuegos. Pasó por Las Villas y Matanzas, aquí en Cabaiguán las casas de curar tabaco se recostaron unas a las otras.

Después vinieron el George, el Michel y el Dennys, que arrancó de cuajo a uno de los pinos del paseo y se enamoró de muchas viviendas, sin embargo dejó  la edificación del gremio de Escogedores, edificio situado encima de la librería que está a prueba de huracanes de categoría cuatro, el Ike y el Paloma también hicieron volar hasta al pipisigallo  y…. para que te cuento si sabes la historia mejor que yo o de lo contrario pregúntenle a Irma, no la de la esquina, sino a ese fenómeno que casi barre del mapa a la isla que ha vivido toda la vida  entre huracanes.

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