Por: Lillipsy Bello Cancio
Mucho se habla por estos días de enfrentamiento a coleros, acaparadores y revendedores, figuras todas que tenían prácticamente monopolizados aquellos productos de primera necesidad y que lamentablemente más han escaseado los últimos tiempos en que, entre coronavirus y crisis económica, el mundo se ha vuelto patas arriba.
Y es cierto que en gran medida las disposiciones adoptadas han surtido efecto y han venido a jugar un papel que todos añorábamos desde hace mucho, pero especialmente desde marzo pasado en que comenzaron a perderse poco a poco jabones, detergentes, aceite (en su segunda fatídica temporada), champús, acondicionadores, pasta dental y hasta desodorantes.
Pero lo que no se ha perdido, eso sí, son las colas, independientemente de que quienes se llegaron a sentir dueños y señores de cada tienda en Cabaiguán, se han recogido… y no poco…. ¿Será, entonces, que la situación, merece, exige, otra mirada?, ¿acaso tendremos que pensar más revolucionariamente?, ¿dónde han encontrado otros territorios productos para asociarlos a la distribución normada a la que nos tiene acostumbrados este país desde hace más de 60 años?
Sí, yo también concuerdo en que lo ideal, la solución más inmediata, la más rápida, la más urgente, sería que la abundancia volviera a inundar anaqueles, exhibidores y estantes de cada unidad comercial cabaiguanense y de la isla entera… pero esa, ahora mismo, no es una posibilidad que se pueda vislumbrar ni tan siquiera en el mediano plazo: la crisis sanitaria y sus consecuencias en las economías de todos los países, combinada con un recrudecimiento de las medidas del Bloqueo, lo impiden.
Lo que nos toca es proponer soluciones y eso ha hecho el pueblo en cada espacio en el que se le ha dado la oportunidad… varias opciones existen, hasta el momento ninguna se implementa en Cabaiguán.
Existe, por ejemplo, una aplicación, elaborada por informáticos cubanos, que escanea el carnet de identidad y según se configure, impide la entrada a ese mismo establecimiento más de una vez en el tiempo que se determine… disponible en el sitio que aloja las creaciones cubanas, y de muy fácil acceso… ningún establecimiento de Cabaiguán la utiliza.
Pero, por estos días, en la TRD “Islas Canarias” se implementó una variante, a partir de la cual, documento de identificación personal mediante, la fila se organizaba y de alguna manera, frenaba la coladera y el contubernio (que sí no es privativo de coleros… esta es casi una práctica universal entre cubanos)… esta evitó algunas insatisfacciones pero tampoco fue todo lo efectiva que hubieran querido organizadores y comerciantes porque, ya sabemos que el cubano se le escapó al diablo y entre col y col se escabulló más de una lechuga.
Ahora bien, el reclamo más generalizado va dirigido a la vinculación de las “shoppings” a las bodegas… yo preferiría, a las libretas de abastecimiento y aquí comienza entonces que si alcanza, que si no, que si los del campo, que si los ilegales… y ya sé que nuestro sistema no está concebido para dejar a nadie desamparado pero….
Mire, intentamos revisar números y lamentablemente no pudimos alcanzar todos los que quisimos (en unos casos por la premura de este trabajo, en otros por las múltiples responsabilidades de quienes debían suministrarlos y en algunos por ese ostracismo que padecen algunos directivos aun cuando de ofrecer información a la prensa se trata) pero, de cualquier manera, creo que las cifras que aquí les ofrecemos pueden ayudar a impulsar un análisis.
Cabaiguán cuenta con poco más de 31 mil núcleos familiares, y si en solo uno de los 28 puntos con que cuenta el municipio se vendieron en apenas un día, 2 mil 340 litros de aceite y 5 mil bolsas de detergente, no me atrevo a proponer una venta normada con frecuencia mensual, pero sí lo creo posible con carácter, al menos, bimensual, y esto desde una posición bastante conservadora.
Las situaciones extremas, precisan, exigen, medidas extremas: Cabaiguán no puede ser más complicado que otros territorios, aquí, sí, tenemos características muy singulares, pero lo mismo dirán los jatiboniquenses o los espirituanos, tenemos gente ilegal como en toda Cuba, pero de que podemos ponerle el cascabel a este gato, podemos…
Si pudimos vencer a un virus tan mortal y desterrarlo de aquí cuando llegamos a ser el epicentro de la pandemia en la provincia; si hemos podido con coleras, revendedores y acaparadores, si los de aquí nos nombramos tan creativos, valientes y emprendedores, demostrémoslo, probemos fórmulas… y si fallamos… volvamos a empezar, pero la inercia, esa sí que no rinde frutos…