Aunque es común en los campos de Cabaiguán, ver una buena nida de huevos, nunca deja de sorprender como las gallinas los juntan y calientan hasta el nacimiento del polluelo. Esta vez una de las pocas que la futura madre sale del nido, pude captar las posturas, que muy pronto ya te mostraré convertidas en pollitos, cantando sus primeros pío, pío.