Por: Aramis Fernández Valderas
En los campos de los alrededores de Cabaiguán la flor del repentismo abrió se abrió para siempre. Este territorio se destaca, entre otros del país, porque muchos de sus hijos han despertado a la vida hilvanando versos y décimas. Muchos pegados al arado y al surco, comenzaron a improvisar. Uno de estos excepcionales repentistas fue y será Luis Martín Álvarez, quien nació en la zona de Santa Lucía.
Durante sus primeros años, conoció los secretos de los zorzales, tomeguines y sinsontes, mientras tarareaba con ellos bajo el sol ardiente de la campiña y se encausaba dentro de la vida agraria. La modestia y la laboriosidad del campesino cubano adornaron por siempre su figura.
Muy pronto el amor tocó a su puerta y con 17 años contrajo matrimonio con Aida Duarte Espinosa, quien lo acompañó durante toda su vida.
Con el triunfo revolucionario Luis nació a una nueva vida. Se incorporó AJR y posteriormente a las milicias y participó en la lucha contra el bandidismo. Vestido de verde olivo hace su primera presentación en el cine teatro Capirot y así comienza el pueblo a reconocerlo como el poeta miliciano.
Cuando se traslada con su esposa a vivir para La Aurora se integra al conjunto de Los Cancio, grupo aficionado que amenizaba fiestas familiares y campesinas en la zona, pero al poeta la décima le llenaba al pecho y a ella se dedicó por completo. Sin abandonar su vida laboral, se desempeñó como tractorista, buldocero, camionero, aunque también practicó el boxeo como deporte, pero por período muy breve.
De acertado recurso poético y vivaz repentismo dibujó la campiña en todo su esplendor. Compartió escenarios con Chanito Isidrón, Angel Valiente, Jesús Orta Ruíz, Adolfo Alfonso, Justo Vega, Rigoberto Rizo, Virgilio Soto, Jesús Pérez, Raúl Herrera, Alexis Díaz, entre otros repentistas cubanos. Su figura realzó las actuaciones del Conjunto Los Pinares. Excelente difusor de las tonadas y tradición campesina fue identificado entre El Rey de las Tonadas y el Ruiseñor del Yayabo, más bien de Cabaiguán. Aquí nació Luis Martín, un 10 de octubre de 1938, cumpliría 82 años de edad y de éxitos en esta fecha, pero su pérdida nos lleva a recordarlo, en quinto aniversario de su despedida, como la manera más adecuada para tener viva su obra y todo el quehacer que tributó a la décima campesina.