sábado, noviembre 23El Sonido de la Comunidad
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El ruiseñor del Yayabo, no ha muerto, sigue de canturía

Por: Daisy Martín Ciriano (Museóloga)

Mucho se enorgullece el territorio de Cabaiguán de ser la cuna de grandes repentistas de reconocido prestigio en la canturía y la improvisación, entre ellos Luis Martín que hace cinco años un día como hoy partió para su última canturía.

De origen campesino y muy pegado a la tierra nació en él su rima, unas veces aprendidas y después hilvanadas junto a la sombra de un árbol en horario en que su guataca también descansaba. Después llegó la Revolución que con sus milicias lo lanzó al lomerío y de allí terminó por estrenarse de trovador miliciano en una actividad realizada en el cine del poblado. De esta manera irrumpió, el después reconocido Ruiseñor del Yayabo o el hombre de las mil tonadas.

Luis consagró su vida a la décima y a la improvisación, se codeó con grandes repentistas como Adolfo Alfonso y Angelito Valiente, otros en su territorio también sacaron chispas contra su picaresca rima, revestida de un maravilloso acervo de expresiones y frases campesinas.

Cabaiguán también lo despidió a la inmortalidad cinco años atrás, aquel 10 de octubre. Le cabía el derecho de hacerle aquel emocionante homenaje acompañado de su pueblo. Y después, entrando en la calle principal y entre sollozos, el adiós de sus compañeros. Unos lograron cantar con voz entrecortada, como Virgilio Soto, otros como Raúl Herrera levantaron sus décimas al cielo para que lo esperaran en la puerta. No solo ellos, sino cada uno de los miembros de la Peña de Repentistas le despidió con décimas.

La huella del Ruiseñor del Yayabo no ha desaparecido con su figura, hoy niños y jóvenes, así como sus compañeros, la mantienen viva. Luis Martín es y será un surtidor para la interpretación de la décima campesina para todos los tiempos.

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