Por: Alexey Mompeller Lorenzo
A la par del enfrentamiento a la COVID-19, la vigilancia antivectorial continúa en Cabaiguán territorio convertido en fortaleza segura para el Aedes aegypti durante los últimos meses y al concomitar la pandemia con el dengue resulta doble el riesgo para la salud de toda la población.
“En actual ciclo acumulamos más de un centenar de eventos en los consejos populares Urbano I, el mayor infectado con alrededor de 70 focos, II así como Guayos; indicadores por encima a los de igual etapa precedente”, reflexiona Armado Ulloa Martínez, director de la Unidad Municipal de Higiene y Epidemiología.
Las recientes precipitaciones han propiciado la elevada cifra de depósitos positivos que ascienden a 145, descritos principalmente en tanques bajos, muebles sanitarios y bebederos de animales añadió el Máster en Ciencias.
De las cerca de 16 mil 100 viviendas previstas a inspeccionar en las tres áreas de salud, más del 82 por ciento de este universo recibió el tratamiento intradomicialiario.
Por el momento escampó en la localidad pero la indolencia vuela más alto que el propio mosquito y ni las casi 160 multas impuestas moldean las conductas impropias de quienes crían al minúsculo asesino dentro de casa y se niegan a realizar el autofocal familiar.
Ocultar síntomas febriles, dolores musculares y en las articulaciones, náuseas, vómitos, rash cutáneo y molestias retro oculares confirman la sospecha de dengue en el paciente que puede agravarse si presenta otras comorbilidades y fuera de una institución hospitalaria pone en juego su garantía de vida, concluyó Ulloa Martínez.