Rolando Enrique Santos Perdomo fue un joven cabaiguanense que dio su vida por la causa revolucionaria. Como miembro del MR- 26 de Julio participó en la liberación de Jatibonico y cae mortalmente herido con tan solo 17 años

Por: Daisy Pilar Martín Ciriano
Rolando Enrique Santos Perdomo nació en la humilde zona campesina de El Guajén, perteneciente a Cabaiguán, un día 14 de abril, pero de 1940. De familia muy humilde, conoció tempranamente las fatigas de las labores del campo cuando apenas podían sostener los implementos de trabajo, por su pequeña y delgada figura. Junto a sus padres y hermanos se trasladaron a la zona de Camagüey, donde su padre encontró trabajo en el central Algodonal y junto a su hermano Mario Roberto cursó estudios en las escuelas Pías.
Trabajaba y a la vez se superaba, Era, Rolando un muchacho laborioso y muy responsable a pesar de su corta edad. Las enseñanzas de su familia calaron en su personalidad y lo forjaron como hombre de bien.
Se hizo mecanógrafo y taquígrafo a fuerza de sacrificio, ya que se trasladaba hasta Ciego de Ávila, y más tarde a Sancti Spíritus a estudiar bachillerato.
A raíz del golpe de estado del 10 de marzo comenzó a adentrarse en el conocimiento de la situación que atravesaba el país y se reunía con otros jóvenes de su edad e intercambiaban noticias e ideas. Más tarde ingresó en el MR-26 de Julio, tras su constitución en 1955.
Conoció se conoció la llegada de las tropas del Che al Escambray y cuando se efectuaba la liberación durante los finales de diciembre de 1958, se incorporó bajo las órdenes de Víctor Mora y posteriormente con Armando Acosta. Así participa en la liberación de Jatibonico, donde tristemente fue herido mortalmente, tras ser sorprendido, junto a su hermano Roberto,, en una emboscada por el tercio táctico de Camagüey. Tenía al morir tan solo 17 años.
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