viernes, noviembre 22El Sonido de la Comunidad

Apicultores de Sancti Spíritus se juegan la última carta en el cuatrimestre final

La mudanza de las colmenas hacia la costa —trashumancia— aportó la mitad de la miel prevista, por lo que Sancti Spíritus buscará llenar el panal en el cuatrimestre final, el período óptimo

Sancti Spíritus

Aun cuando el llamado proceso de trashumancia —que desplaza tradicionalmente entre mayo y agosto parte de las colmenas hacia las costas y otras zonas con floraciones— pudo ejecutarse solo a la mitad y dejó deudas en la producción de miel, a los apicultores de Sancti Spíritus les queda ahora jugarse la última carta y apuestan las aspiraciones productivas al cuatrimestre final del año, por suerte el mejor período para la actividad, donde también se obtiene el producto de más calidad.

Amaury Santander Hernández, director de la Unidad Empresarial de Base Apícola Sancti Spíritus, explicó a Escambray que este año la trashumancia se vio muy afectada por las limitaciones de combustible; no se logró realizar la segunda fase del complejo proceso, de manera que solo se trasladó la mitad del parque de colmenas previsto en una estrategia que busca sortear la falta de floraciones estables en los tradicionales emplazamientos de los apiarios.

“Como resultado de esta situación cerramos el período con un déficit de 60 toneladas de miel; no obstante, nos quedan los cuatro meses finales del año, que son los más productivos en esta actividad, y tenemos condiciones tecnológicas para aprovechar la etapa principal de la Apicultura”, señaló Santander Hernández.

Según precisó el directivo, la producción de miel acumulada al cierre de los primeros siete meses de año sumó 293 toneladas, el 83 por ciento de lo pactado para esa etapa, con el mejor resultado en el sector campesino, que normalmente tiene los apiarios en sus entornos y con alternativas de movilidad propia logra realizar a tiempo las labores de castra y posterior traslado del producto.

En cambio, las Unidades Básicas de Producción Cooperativa reflejan un desempeño menos favorable, toda vez que explotan el 48 por ciento del parque de colmenas de la provincia con una tecnología de trabajo concebida en lugares alejados y de difícil acceso, un esquema que las hace más dependientes de los recursos y el transporte automotor.

Santander Hernández destacó que existen condiciones técnicas para trabajar en busca de aportar las 803 toneladas comprometidas en el año. “Tenemos suficientes colmenas, los apicultores están preparando todos los detalles para hacer la gran cosecha en este período donde se enmarca más de la mitad del compromiso anual a partir de aprovechar al máximo las potencialidades del bejuco leñatero, la campanilla y las excelente floraciones en las zonas montañosas”, dijo.

De las 803 toneladas inscritas en el plan del año, unas 120 dependían de los resultados de la movilidad de los apiarios hacia las costas, de ahí la trascendencia que reviste el cuatrimestre final en busca de recuperar los niveles productivos de un renglón con incidencia en la economía y la exportación.

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