El mango no solo se puede consumir en batido, en tajadas en almíbar, mermelada o cocteles, sino también se hace acompañar con otros alimentos como el arroz
Por: Daisy Pilar Martín Ciriano
Todavía la cosecha de mangos no toca a su fin y la población puede degustar un buen plato de arroz con mango. Para muchos esta oferta resulta desatinada, ya que esa expresión solo la han escuchado cuando en algún lugar está algo regado o sin poder ordenarlo, entonces alguien dice a viva voz: ‒eso que tienen ahí, es un arroz con mango.
Pues nada, lo de este plato no tiene nada que ver con esa expresión que para nada invita a degustar la oferta, pero si alguien se aventura a servirlo podrá ingerirlo de diferentes formas. Un mango bien dulce y sin fibras, como el mango De la Paz, es maravilloso para comer en tajadas frías. También para servir con arroz blanco, con arroz y frijoles, hasta con arroz amarillo o congris, aunque tenga trozos de carnes. Y no crea nadie que el mango no pega con la carne, de esta manera se consume como si fuera una legumbre o una completa de ensalada. Lo cierto es que esta cubanísima fruta no solo se puede consumir en batido, en tajadas en almíbar, mermelada o cocteles, sino también con otros alimentos se hace acompañar.
En Cuba por esta fecha declina la cosecha de esta deliciosa fruta, ya solo quedan algunos De la Paz y alguna que otra variedad atrasada, pero ya se han degustados otras tipos desde la Manga Blanca hasta el famoso mango Bizcochuelo.
Por este territorio abunda mucho esta fruta y en cualquier lugar se encuentra este árbol frondoso, ya sean sus frutas más grandes o más chiquitas. Existen dos variedades de estos frutos, que casi ya no se encuentran, que son el mango Jobo con su extraño sabor, y el mango Macho, tan dulce como si tuviera azúcar entre sus fibras. En fin que el mango sirve lo mismo para comerse como fruta, como dulce o como acompañante en la mesa y deja que algunos piensen que no se puede comer el arroz con mango.
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