“La cultura Cubana es una especie de rompecabezas bien armado, donde cada pieza tiene que ir en su lugar y son fruto de la integración armónica del conjunto de elementos que conforman la cubanía”.
Por: Aramis Fernández Valderas
Así definía el cantautor cabaiguanense Arturo Alonso Díaz la Cultura Cubana, a la cual dio lo mejor de sus 88 años de vida y que después de muerto sigue enriqueciéndola porque sus viejas manos continúan sacando notas al añejo piano o a las cuerdas de la vetusta guitarra, que amo tanto como a su esposa Flora”
“Yo me he casado dos veces, me contaba, primero lo hice con la cultura y después llegó mi noviecita del alma para compartir su amor conmigo, con los instrumentos musicales y ese montón de papeles llenos de notas que a veces se escapan junto a las trazas y se van volando para repartir música por mi lindo Cabaiguán”.
Con el paso de los años, Alonso logró comprender que la cultura no es solo música, teatro, danza, cine o pinturas, su filosofía isleña lo condujo por senderos más universales pero particularizó muy bien la identidad nacional.
“Nuestro acervo cultural, es como si se hubiese hecho a pedacitos, primero los nativos, tenían sus costumbres que los españoles no pudieron matar, los europeos nos dejaron parte importante de sus tradiciones, de cada etnia africana también se nutre nuestra identidad, pero los chinos hicieron sus aportes y por su puesto los inmigrantes de Las Islas Canarias, en especial aquí en Cabaiguán”.
El ronroneo del sillón más cómodo de la vivienda de Arturo, se hacía más fuerte, los pies del autor de Un canto a Cabaiguán denotaban nerviosismo, la temblorosa mano, me extendió la última de sus composiciones: Recuerdo aquellas palabras “Si Barbarito Diez, estuviera vivo le cantaría, ese fue un gran exponente de la cultura cubana, yo no, yo solo soy un pobre quijote que en vez de lanzas esgrimo lápices y no peleo contra los imaginarios molinos de viento, sino por defender las raíces de la cultura cubana”
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