Rosa náutica constitucional
De regreso a Ítaca en su cóncava nave, una vez
asaltada Troya, uno de los hombres del astuto Odiseo, pensando que encerraba
oro, desata el pellejo de buey que Eolo, el Señor de los Vientos, había
entregado al caudillo vencedor, encerrados en ella soplos favorables al
derrotero del aqueo, y, hete aquí cómo escapan, gracias al desliz cometido,
ráfagas huracanadas de vientos; ni más ni menos ocurrió el pasado domingo 24 de
febrero con la aprobación popular, por el voto mayoritario de los cubanos, de
la nueva Carta Magna, solo que esta vez, de las urnas soplaron vientos
favorables a la nave social criolla.
Entonces, ¿qué derrotero traza para los próximos
meses la rosa de los vientos constitucional cubana?
La ruta a seguir la establece la bitácora contenida
como cuaderno de trabajo en las...