sábado, noviembre 23El Sonido de la Comunidad

Bartolo no sacó el carnet de impedido físico

Por: Daisy Martín Ciriano

Hoy se recuerda en esta página a una destacada figura que entregó lo mejor de su vida al cumplimiento de la zafra azucarera, aún con limitaciones físicas.

El cultivo de la caña en el territorio cabaiguanenses data desde el siglo XIX, y bien lo ilustra la existencia de numerosos ingenios y trapiches en el siglo XIX y aún en el XX. No resulta ajeno que muchos de los cabaiguanenses se ganaran la vida trabajando como cortadores o alzadores de caña, carreteros y jornaleros durante los años anteriores al triunfo de la Revolución en que la mecanización estaba atrasada. Por estos tiempos eran los brazos de los hombres los que realizaban los duros trabajos del proceso azucarero.

Muchos de estos hombres llenarían páginas de un libro, pero dentro de ellos es necesario destacar a  Armando la Rosa, quien comenzó a cortar caña con los choferes de alquiler y perdió su brazo izquierdo en un accidente. Desde donde se encontraba hospitalizado se comprometió a seguir siendo útil y así lo cumplió.

En 1964 se incorporó al corte de caña en jornadas voluntarias valiéndose de una cortadora mecánica. La falta de su brazo no le mermó su dedicación por lo que se enmarca como Héroe Nacional del Trabajo. Se destacó dentro de la Brigada de macheteros Eduardo García Lavandero, la cual alcanzó lugares cimeros dentro de las brigadas millonarias. La zafra realizada en 1970, fue una prueba de su tesón y hacia 1975 acumulaba más de 600000@ de  caña acumulada hasta esa fecha. Su lema era lo fundamental de un machetero es aprovechar la jornada laboral.

Hoy Bartolo es un símbolo de laboriosidad para las nuevas generaciones y sobre todo para aquellas que cursan estudios en el Politécnico que lleva su nombre en el municipio de Sancti Spíritus.

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