El primer trimestre del año por lo regular es inmensamente seco, periodo además en que los incendios forestales devastan con mayor frecuencia los recursos forestales
Por: Lillipsy Bello Cancio
“En prevenir está todo el arte del salvar”: es esta una sentencia martiana que alcanza mayor vigencia cada día en todos los escenarios de la vida económica y social del país. Cuando de evitar los dañinos incendios forestales se trata pues adquiere una relevancia singular, no solo por los daños medio ambientales que ocasiona y las afectaciones económicas que significan sino por las consecuencias que en materia familiar y social tiene un siniestro de este tipo.
Tomando en cuenta las características del clima de la región es precisamente entre los meses de enero y mayo, donde se desarrolla la temporada más favorable para la ocurrencia de estos desastres, aunque los de mayor probabilidad son marzo y abril por el aumento de la sequía, los vientos, la humedad del suelo y la variabilidad de la temperatura.
Durante 2022 Cabaiguán no tuvo que lamentar ningún incendio forestal, aunque sí se sucedieron pequeños eventos aislados que no llegaron a provocar significativas afectaciones, según informó Antonio Cruz Pérez, Coordinador de Programas y Objetivos en el Consejo de la Administración Municipal: “no obstante, es este un tema que no podemos descuidar pues las estadísticas indican que el 90 % de los incendios son de origen humano, en su mayoría, provocados fuera de los bosques por actividades como la quema no autorizada, la utilización de vehículos que no portan matachispa en sus tubos de escape y la caza furtiva y todos estos fenómenos están presentes en Cabaiguán”, según sus propias palabras.
Precisó el funcionario que a pesar de encontrarse Cabaiguán, así como el país, en una tendencia decreciente en la ocurrencia de incendios forestales, hay que prestar especial cuidado a las zonas de mayor boscosidad por su vulnerabilidad ante estos fenómenos.
Cruz Pérez subrayó la necesidad de preparar a la población por todos los canales de comunicación existentes, si de prevención se trata, incentivando una cultura forestal que permita aumentar la percepción de riesgo ante el daño que ocasionan estos siniestros: “Con este fin se aprobó la Directiva #1 del Cuerpo de Guardabosques de Cuba y se ha implementado la Ley 85 referida a los incendios forestales, a la par del Programa Nacional para la Gestión y Manejo del fuego en los bosques para regular el tratamiento de estos fenómenos de manera ordenada y sistémica, con una proyección de extenderse hasta el 2030 como parte de la Tarea Vida por el Cambio Climático”, concluyó.
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