viernes, noviembre 22El Sonido de la Comunidad
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Cabaiguán: La deuda con José Martí

«Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber sino de la felicidad».José Martí

Martí a 167 años de su nacimiento, es necesario en tiempos como estos en Cabaiguán, donde no siempre se marcha de acuerdo al deber a fin de multiplicar los frutos, la cultura, la disciplina y así consolidar una obra, “Tengo fe en el mejoramiento humano”, expresó el apóstol y este ha de ser uno de los principios en el hacer de los deberes, virtudes.

“La inteligencia tiene el deber de emplearse ¿Por qué se han de perder las inteligencias en la fuerza y la apatía?”, el maestro con la frese convoca no solo a cultivar las mentes, sino emplear el saber en las transformaciones sociales y evitar la inercia, fenómenos que asecha en la vida cotidiana tanto de funcionarios como de ciudadanos.

También el Héroe Nacional  señaló: “El verdadero hombre no mira de que lado se vive mejor, sino de que lado está el deber”. En cualquier muro de la ciudad aparece el letrero, no es la letra, ni la consigna, no es la retórica lo necesario cuando muchos miran el lado donde se vive mejor para obtener prebendas o estilos de vida al margen de la ley.

El deber es hacer lo correcto, puertas adentro, tanto la familia como las direcciones laborales y organizaciones, tratan de poner coto a las indisciplinas, pero la cadena se rompe cuando quien exige no cumple sus deberes, a partir de ese momento comienza a dispersarse la acción, los resultados están en los grafitos tatuados en las paredes de centros educativos, en las paradas de ómnibus, dentro de los medios de transporte, en plena calle.¿Es este el concepto de deber martiano?

 “Hay gentes de tan corta vista mental, que creen que toda la fruta se acaba en la cáscara”. Este epíteto martiano es un retrato exacto de algunos cabaiguanenses con dificultades visuales para adentrarse en el fruto, encontrar la semilla y multiplicarla con el abono del pensamiento colectivo a partir del cumplimiento del deber.  Martí, camina nuestras calles, observa y aconseja, es suerte  tener un inmortal. ¡Cumplir con sus ideas, es la honra!.

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