domingo, marzo 9El Sonido de la Comunidad

Cabaiguán reverencia un sitio emblemático de la industria ligera en su día

En Cabaiguán la historia de la imprenta juega un papel especial en la evolución y desarrollo de la sociedad

cabaiguan
Arnaldo Manuel Sánchez Pérez, al centro, fue seleccionado vanguardia nacional por 17 años consecutivos por su destacada labor en este sector.

Por: Hugo Crespo Crespo

Uno de los fundadores de la imprenta en Cabaiguán fue el isleño Arnaldo Manuel Sánchez Pérez, ya fallecido después de sus 90 años, desde los 21 laboró en este centro del territorio.

Con su gracia y elocuencia, narró en cierta ocasión, que la imprenta se fundó con el nombre Barreto, el 10 de abril de 1939, aunque aclara que aquí mismo en este lugar tenía Francisco Díaz Martín su negocio; una imprenta pequeña en la que hacía algunos trabajos.

Luego Anacleta Barreto, la compró con otras máquinas más y se la dio a su hermano Rolando para que la tuviera funcionando. Esto fue hasta que triunfa la Revolución en enero de 1959.  Posterior a la intervención del local, se quedan trabajando en él, el propio Arnaldo y el antiguo dueño Rolando Barreto, como obreros.

Sánchez, el palmero alegó, que la jornada de trabajo en aquel entonces era de 10 a 12 horas diarias y su salario era de 200 pesos.  Agregó además que la maquinaria de la Imprenta actual es la misma de aquella época, del año 1910, todas ellas americanas, exceptuando una rusa, las cuales funcionan de forma correcta.

Contó Sánchezque el trabajo que se hacía en los años 50, era muy diferente a la actualidad. En aquellos tiempos, venían todos los políticos a realizar las boletas de las elecciones y aunque se montaron otros negocios, la mejor imprenta fue la de Barreto.

Según una investigación realizada por la estudiante Yénnifer Esther Carvajal Jiménez, otro de los que contó sus experiencias del trabajo en la imprenta cabaiguanense fue Sebastián Fernández Pérez, conocido como Chan.

Él comenzó a trabajar en la Imprenta de Díaz, Francisco Díaz Martín (Pancho), ubicada en la antigua calle Valle No.34, allí también trabajaban Rolando Barreto y Mateo Garzón López. Este último se une a José Gregorio Beltrán que era un policía con una posición respetable el cual puso el capital y crearon la imprenta El Sol, que estaba ubicada en otro local.

En 1939, los hermanos Barreto compran la Imprenta de Pancho; y Sebastián pasó a trabajar para él. La que mayor capital puso en la compra fue Anacleta Barreto. Añade que el costo de la imprenta fue de entre 10 000 o 12 000 pesos.

Esta imprenta cabaiguanense en 1973 pasa a constituir una unidad de producción, empresa consolidada de artes gráficas, con el nombre ¨21 de diciembre¨ en homenaje al día que entró el Che al poblado para su posterior liberación.

Desde ese momento la unidad se ha dedicado a imprimir propagandas de fechas conmemorativas, o acontecimientos relevantes como semanas de cultura, el 26 de Julio, el Primero de Mayo, fiestas populares y otros sucesos. Además, se ofrecen otros servicios como confección de credenciales, invitaciones de quince, bodas y cumpleaños, almanaques, diplomas y planillas, todo esto en dependencia de los recursos y encargos que se realizan,   

Entre los fundadores de esta entidad se encontraban Pedro Morejón Fernández, Roberto Beltrán Román y Arnaldo Manuel Sánchez Pérez, el Palmero o el Isleño como se le decía.

Este último, hombre de delgada complexión física, conversador y excelente compañero, estuvo en ella hasta casi los días de su adiós físico.  Natural de Santa Cruz de La Palma, Islas Canarias, laboró en el Periódico Diario de Avisos. Llegó a Cuba el 19 de diciembre de 1950 con 21 años de edad y desde ese entonces laboró en la Imprenta Barreto, hoy Imprenta “21 de Diciembre” en la especialidad de tipógrafo, aunque dominaba todo el arte gráfico.  Era el primero en llegar y el último en irse de este sitio, quien, a pesar de su jubilación, continuó en el centro hasta días antes de su fallecimiento pasados los 90 años.

Ciudadano cubano desde 1959, Sánchez fue seleccionado vanguardia nacional por 17 años consecutivos. Ostentaba las Medallas por la Hazaña Laboral, la José Ramón Martínez, la de los 30 Años de la Caída en Combate del Guerrillero Heroico y sus Compañeros en Bolivia, la de permanecer por más de 50 años en la Industria Ligera, el sello conmemorativo como fundador de las Industrias Locales y la del 30 Aniversario del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Ligera. Tuvo el honor de volver a su tierra natal, donde pudo permanecer, pero regresó a su querida Imprenta, donde fue y será un símbolo de la industria ligera en Cabaiguán, en la provincia y en Cuba.

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